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Quince de cada cien viviendas de Menorca supera los 50 años de antigüedad. Es probable que muchas de ellas se encuentren en buenas condiciones, sin embargo otras o bien están cerradas o sirven de hogar a pesar de acercarse a la insalubridad. La Inspección Técnica de Edificios (ITE), que Ciutadella ya aplica y que Maó está ultimando, ha de servir para garantizar que las casas más antiguas son habitables. Caritas ya ha advertido en varias ocasiones que la habitabilidad de las viviendas es una cuestión pendiente, una problemática agravada por la crisis económica. Por otra parte, el sector de la construcción puede encontrar en la rehabilitación un campo para incrementar su actividad. No tiene mucho sentido ampliar la superficie urbanizable en las poblaciones de la Isla si existe un volumen considerable de casas que precisan de rehabilitación. De ello depende no solo la actividad económica del sector y la evolución del mercado inmobiliario, sino también la calidad de las zonas urbanas, especialmente de sus centros históricos, donde se concentran las viviendas más antiguas. La ITE debe ser un instrumento eficaz para responder a todos estos retos urbanísticos.