Y se hizo. Bueno, más bien se hará y en agosto y aunque disfrutaremos de más luz natural, vamos, la emitida por el astro sol, tendremos que echarle imaginación al sistema para que los calores no acaben con nuestra cada vez más mermada resistencia.
La subida de ese 3 por ciento ya de entrada sofoca a más de mil consumidores y no por ser un 3 por ciento, sino por ser un tanto más que sumar a todos los tantos por ciento que venimos asumiendo. Al margen de quienes por sus relaciones laborales, el consumo les sale prácticamente regalado o a muy bajo coste, el resto de los españolitos vamos a tener que ir pensando si nos va a salir más a cuenta contratar personal para que nos abanique durante el día e incluso por las noches, hecho este que, además, serviría para rebajar el índice de paro, vamos, que todos saldríamos ganando. De esta forma recuperaríamos además la filosofía de las "mil y una noches" o la clásica estampa del jeque árabe abanicado por sus esclavos. Lo malo de todo esto no es que el tema comience en agosto, lo malo es que continuará el resto del año, cuando lleguen las bajas temperaturas o cuando nos veamos obligados, por el ahorro más que por el romanticismo del hecho en sí, a leer a la luz de la velas. Tengo un grano de arena en el ojo que me molesta un montón.
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