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La sensibilidad es importante. Sin ella no hay arte posible. En el momento de escribir estas líneas escucho, una vez más, la guitarra de mi admirado Peter Green (líder de los originales Fleetwood Mac, cuando el grupo inicial tocaba blues allá a finales de los sesenta). Siempre le he considerado uno de los mejores y más exquisitos guitarristas blancos de blues, uno de los más sensibles y de los más expresivos. Sus frases musicales, muy técnicas, están preñadas de una sensibilidad maravillosa. Su "Love that burns" ("amor que quema") del álbum Mr. Wonderfull me sigue emocionando y poniendo los pelos de punta después de décadas de escucharlo reiteradamente. Arte y sensibilidad en estado puro ¡Qué pena su estado físico actual!

Al tiempo, ahora mismo, me tomo un mojito que me acabo de confeccionar "comme il faut" (como toca). Con toda la parafernalia al uso (recuerdos de Miami, supongo). Incluso he adornado el vaso con una rodaja (gorda) de lima y una palmera de menta a falta de hierbabuena. Muy estético. Es un buen momento.

Decía que la sensibilidad es importante. Es importante en todos los campos de la vida. Sin ella la brutalidad de la antiestética comandaría el mundo. Sin ella no seríamos plenamente humanos sino que aún estaríamos moneando instalados en la copa de los árboles. Todavía salvajes y asilvestrados. Definitivamente prefiero sorber un mojito a pelar un plátano.

La sensibilidad afecta a la estética. Y la estética es importante en la vida. Ayuda a vivirla, a gozarla y a disfrutarla. Sin sensibilidad el arte no existiría. No habría estética. Estos días leo la última novela de Dan Brown (¡qué vulgar soy ¡ ¿no?). No me dejarán entrar en el reino de los intelectuales al dente. ¡Qué suerte tendré!). Se llama "Inferno" y hasta donde he leído se desarrolla en Florencia, cuna de las principales maravillas artísticas del Renacimiento europeo. Me pregunto en qué se inspirarían Miguel Ángel o Leonardo para crear la maravillosa estética que crearon.

Es importante que una comunidad sienta que la estética, el buen gusto, está presente en su día a día. Que forma parte de su vida diaria. Vivir agradablemente rodeados de jardines y zonas verdes bien cuidadas es un placer estético que, sin duda, eleva el nivel de sensibilidad de la vida de los ciudadanos. En Menorca muy pocos ayuntamientos se han preocupado seriamente por la estética ciudadana. Ya suponen que la Isla es un jardín en sí misma y por tanto pocos han sido los ediles interesados en mantener de forma específica una buena imagen estética de su pueblo o ciudad. El arreglo visual siempre ha sido un plus, un añadido, nunca una prioridad.

Concretamente, la estética mahonesa se fue deteriorando sin tapujos durante los últimos mandatos de los gobiernos socialistas. Jardines mal cuidados, parterres secos, papeles por doquier, zonas verdes llenas de hierbajos, rotondas sin cuidar, etc. Todo ello daba una muy mala imagen de la ciudad. E incomodaba a sus habitantes. Entrar a Mahón desde cualquier pueblo era penetrar en la desafección por la estética. Un camino que no conducía al "Starway to heaven" de Led Zeppelin sino al "Highway to hell" de AC/DC. Había una carencia absoluta de sensibilidad estética. Parece que el actual equipo municipal está intentando mejorar la imagen de la ciudad. ¡Good news! (Buenas noticias). Una ciudad turística debe saber venderse por su imagen ya que no es más que otro producto más en un mercado muy competitivo. Hacen falta políticos comerciales. O al menos con sensibilidad estética. Eso.

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Nota: Un amigo me comenta que es triste que un cantante tenga que declararse soberanista para conseguir contratos en "envelats" y televisiones adictas.