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Siempre me ha gustado Palma. Es una ciudad agradable y la siento muy atractiva. Tengo recuerdos infantiles que me retrotraen a viajes a Mallorca con mis abuelos para descansar en Port Pollença y Formentor. También de una vez en que nos hospedamos, siendo yo ya adolescente, en El Terreno y del que siempre recuerdo la impresión que me causó ver por primera vez en las cercanías de la Plaza Gomila, entonces en su máximo esplendor cosmopolita, a los primeros melenudos. Era el inicio de la época dorada de la música británica y todo lo que remitía a la moderna Inglaterra "pop" me fascinaba. Ya en los setenta, de la mili en el CIR-14 recuerdo que mientras unos visitaban los fines de semana las calles adyacentes a la Vía Sindicato, yo me desviaba al inolvidable Centro de la Guitarra (un palacete maravilloso reconvertido en centro artístico) para escuchar a los músicos "off" que visitaban la ciudad. En aquel pequeño y barroco escenario de la calle Montenegro tocaban Joan Bibiloni y Pepe Milán, unos guitarristas acústicos excelentes que interpretaban sus propias canciones y versionaban de forma maravillosa a grupos americanos como Crosby, Stills and Nash, etc.

Decía que la Plaza Gomila vivía en aquellos tiempos sus años de esplendor. Efectivamente, lo hacía. Era el punto más internacional de la ciudad, el más animado. Recuerdo el pequeño bar "Mann's" como un excelente caladero de nórdicas, el Joe's, un centro de niñas pijas con pretensiones, el mejor rock se escuchaba en el Chotis, el Sgt. Peppers y sus "hot-british girls" siempre a mano, las mejores ensaladas se servían en el Loa, etc. Una buena época para estar en-Palma-do. Ver la actual decadencia de la plaza me produce un auténtico escalofrío. Una pena, penita, pena.

Este pasado sábado pasé unas horas en Palma. Me reuní en el Club Náutico con unos amigos. La política bulle, especialmente el tema lingüístico. Después de años de docilidad ante las tesis nacional-separatistas se preparan próximos contra ataques en defensa de nuestras modalidades isleñas, nuestra auténtica identidad como baleares que somos.

Hablamos de la bomba lanzada por Aznar contra Rajoy. Su política económica sí fue un éxito para crear empleo pero suya es la responsabilidad de haber dado alas a los nacionalismos. Efectivamente fue él quien cedió las competencias de sanidad y educación para agradar a Pujol y poder contar con el apoyo de CiU., fue Aznar quien aumentó el porcentaje del IVA y del IRPF para las autonomías y fue Aznar quien descabezó al PP catalán (Vidal Quadras) para complacer, otra vez, a Pujol.

Aznar, siempre entre el dicho y el hecho, no impidió la ley catalana que preveía sanciones lingüísticas y también fue Aznar quien retiró competencias vitales de la Guardia Civil para regalárselas a los Mossos d' Esquadra. Aznar eliminó el servicio militar obligatorio (la mili) para evitar el oprobio que podría significar para algún chico catalán "servir" en la defensa de España (¿). Aznar (que entregó también a la Generalitat varios canales de TDT para mayor gloria del nacionalismo) ha precipitado el debate en un PP que tiene un grave problema: si no cambia su actual política socialdemócrata perderá las próximas elecciones.
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Nota: IB 8483. Sábado 9,15 h.: Como un pasajero más Bauzá hace cola para entrar en el avión a Palma. Le abordo al aterrizar mientras espera a pie de avión para recoger su equipaje de mano. Muy amable y cercano, me permite un aparte con él. Le felicito por el decreto (Trilingüe) Til. Ya sabe que se necesitará un tiempo para que se consolide pero no duda del éxito final. Coincidimos: el aprendizaje de lenguas es básico para los chicos de hoy. La imposición unidireccional es maliciosa. Se delatan quienes se oponen a esta mejora. Parece decidido a defender nuestra personalidad cultural, nuestras modalidades insulares. Ni se cree ni se descree la reciente encuesta de "El País" que le vuelve a pronosticar una mayoría absoluta en Baleares. Ya sabe que algunos colegios de Mahón siguen forzando a los padres a la matrícula en catalán. Bueno, no cabía más en seis minutos ¿no?