La reforma de generar parados

El Sr. presidente, D. Mariano, él se acordará, en una cola del INEM aventuró una profecía "cuando estemos (vino a decir) en el gobierno el paro bajará" ¡Qué Dios le oiga, presidente!, pensé entonces. Pero esta es la hora que lo que ha sucedido ha sido que el paro ha aumentado una verdadera barbaridad. A propósito, permítanme que les diga a los del gobierno que los que no logran ofrecer a sus gobernados un horizonte de bienestar y libertad en democracia, están destinados a perder las elecciones en las urnas. De momento con 6.200.000 parados, el PP debería desistir de prometer nada a la ciudadanía, porque no les creerán. Han mentido o faltado a lo que dijeron que no iban a hacer y luego han hecho, demasiadas veces. De paso, como si su oratoria fuera a solucionar las cosas a martillazos, han seguido con la cantinela de culpar de todo lo que va mal al gobierno anterior. El cliché de esa memoria la ha quemado de tanto usarla. Tampoco pueden pedir más paciencia a los ciudadanos, a los que están acorralando en guetos de miseria, estrujándolos tanto que ya no parece admisible un impuesto más. Probablemente seamos en estos momentos el segundo país europeo con los impuestos más altos. Ayer, oí a uno, que estaba echando gasolina, que a este paso acabarán por venderla en una joyería en vez de en una gasolinera.

Yo no sé si el Sr. González Pons, D. Esteban, es ni siquiera consciente de que cada día que amanece van al paro más de 3.000 trabajadores.

Debe dar mucha vergüenza a quienes se llenaban la boca de decirnos que sabían cómo arreglar "esto", llenándose también la boca de decir que Zapatero mandaba al paro a miles de trabajadores. ¡Oiga! Y ¿ustedes qué? Pues miren, ustedes también. De manera que en su fuero interno no deben ser pocos lo que piensan que para este viaje no hacían falta alforjas. Y conviene añadir además, que en la cartilla del debe del PP no deben olvidar que han hecho una desastrosa reforma laboral, que al día de hoy solo ha generado más parados, más miseria, más guetos de marginados y los que siguen trabajando, saben que han perdido parte de unos derechos por no decir casi todos, que tanto costó conseguir, y encima por vía decreto, sin discutirlo en el Parlamento en debates plurales y abiertos.

En otro orden de cosas, creo que ya va siendo hora de decir, que ya no es ningún disparate pensar en si nos conviene seguir dentro de la disciplina del euro, porque tampoco resulta un disparate convenir, a tenor de lo que estamos viendo y sufriendo, que el sistema euro tuvo en su creación un 50% de utopía y un 50% de fascinación política, todo ello huérfano de bases sólidas profundamente estudiadas, un castillo de naipes que está convirtiendo una crisis en un calvario económico, social y político.

Fíjense, en Francia en estos momentos un trabajador se puede jubilar a los 60 años, después de anular los 62 del gobierno anterior. Mientras tanto en España, estamos a punto de los 67 y con rumores de ir aún más lejos ¿Qué igualdad es esa? ¿Cómo se puede pretender hacer una única talla de trajes cuando hay hombres que miden 1,60 y otros miden 2 metros? Las costuras reventarán por algún lado, como amenaza reventar un modelo único para la economía, aplicado a circunstancias abismalmente diferentes, y además, en según qué casos, exigentes, irrenunciables y secularmente decisivas en el organigrama económico de cada país o estado, que forman y conforman el llamado sistema euro.

Qué la crisis lo ha convulsionado todo, es verdad, pero llevamos cinco años de crisis. En EEUU en la crisis del 29, con todo su poder industrial y humano, tardaron 12 años en corregir el rumbo. Pero es que ahora, es aún más difícil. Las empresas antes de invertir en mano de obra, invertirán en tecnología, lo que no solo ahorrará futuros puestos de trabajo, sino que acabará por anular, incluso los que parecían indestructibles.

La situación laboral española con la desafortunada reforma del gobierno Rajoy, está consiguiendo que incluso el futuro se presente tan negro o más que el presente, dentro de una Europa con más de 30 millones de parados.