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La reforma del PTI y la aprobación de la Norma Cautelar, que lo modifica, abre la posibilidad de atender nuevos proyectos. Hoy es Biniancolla y hace unas semanas fue Llucalari, dos baterías de costa abandonadas por Defensa, cuyos terrenos pasaron a ser propiedad privada. En los dos casos se plantea la recuperación de algunas edificaciones y la construcción de hoteles o apartamentos de lujo. Menorca necesita de inversión privada, que genere actividad económica. La recuperación de algunas zonas deterioradas por el abandono de usos militares merece ser analizada, sin embargo es importante que la tramitación de estas ideas no se limite a generar una expectativa sin que exista realmente una empresa inversora que la desarrolle. En cambio, es positivo que puedan llevarse a cabo proyectos que mejoran la calidad de la oferta turística y que transmiten una buena imagen de la Isla, como es el caso del agroturismo de Torralbenc. Después de muchas interpretaciones políticas, la Comisión Balear de Medio Ambiente autorizó ayer el proyecto. Los promotores deben ajustarse a la legalidad, basada en unas normas que se han de cumplir. Pero alentar la polémica de forma excesiva puede ahuyentar inversiones que sí nos interesan.