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Cada vez cuesta más sentarse en este apartado coto de ideas y exprimir cómicamente, o al menos intentarlo, algún tema para alegrar al personal que se deja caer por estas líneas. Me declaro, por carácter, optimista nato y convencido, pero ni te imaginas amigo lector cuánto cuesta levantar la cabeza cuando todo lo que te rodea es malo. Cuando ves que el ser humano hace mucho que dejó de tener sentimientos o cuando la vida, sencillamente, ha dejado de ser justa.

Me preocupa la facilidad y la frialdad con la que gestionamos las malas noticias o las malas experiencias, el automatismo que hemos heredado que nos permite lamentar un ataque terrorista en la segunda prueba deportiva por excelencia -Únicamente superada por edad por los Juegos Olímpicos- y al rato bromear como si la tragedia de Boston hubiera sucedido años atrás y no fuera más que una mota de polvo en el olvido.

No termino de entender qué puede llevar a un ser humano a creerse con derecho de sesgar la vida a un semejante creyéndose Dios o la autoridad divina que coordina este cotarro. Qué empuja a una persona a sostener fríamente un puñal y clavárselo o a otro mientras ve como su mirada se va apagando sin razón. Lo que ayer parecía tan lejano ha pasado a ser algo cotidiano y cercano, no porque en Menorca asesinen personas cada semana sino porque la gente en lugar de preocuparse vacila, resopla y concluye: "Mira, como en la tele".

¿Qué hemos hecho mal hasta ahora para llegar a todo esto? Me gustaría saberlo para quizás ayudar a combatir y que no se dé de nuevo. Pero desgraciadamente no veo a nadie que me regale la respuesta y, lo que es peor, tampoco veo mucho furor por encontrarla. Será que el ser humano está perdiendo su humanidad regresando a su condición primate de animal.

Me consuelan esos fugaces instantes en los que somos conscientes del odio que nos rodea aunque sea más por cobardía que por la valentía de hacerle frente. Como ese breve trago dulce en mitad de un bocado amargo que me obliga a pensar que quizás el Mundo no terminó el pasado diciembre de 2012 como se preveía pero lamentablemente la humanidad lleva muriendo lentamente demasiado tiempo. Quizás sea tarde. Quizás esta columna no sirva de nada.
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dgelabertpetrus@gmail.com