Con tanto ruido mediático cuesta mucho discernir los temas, analizarlos con calma, extraer conclusiones serenas y reposadas. Las noticias se suceden a un ritmo vertiginoso y cada caso de corrupción se convierte al momento en el penúltimo, cada nuevo recorte en la antesala del siguiente, y cada nuevo imputado o implicado en chanchullos y mamoneos en el predecesor del que asomará apenas un día o unas horas después.
No ayudan a poner orden en este maremágnum cruel en el que se ha convertido esta crisis-estafa-genocidio financiero algunos medios de comunicación pesebristas que ladran al servicio de sus grupos de interés sin importarles un carajo la verdad o la objetividad, al contrario les encanta echar más leña al fuego que les calienta, son así de cobardes, son así de aburridos, son así de prescindibles. Cada periodista honrado debe sentir vergüenza de estos compañeros de profesión.
Por otro lado cuando un tema se enreda y cuesta entenderlo se suele echar mano de los expertos, es decir si usted tiene un dolor de muelas irá al dentista, si su perro está enfermo al veterinario, si su grifo gotea a un fontanero, si quiere reflotar un restaurante a Chicote, etc. Dejamos trabajar a los que saben del tema para que lo solucionen. Pero amigos los expertos que han vociferado durante años las soluciones para salir de esta situación, no solo son los culpables de la misma, sino que además y con toda rotundidad son unos mierdas.
Por citar solo algunos ejemplos, sino el artículo se alargaría más que la lista de goles de Messi, podemos mencionar a expertos tan ilustres como Díaz Ferrán, el de trabajar más por menos, a su colega de esa siniestra e inútil organización llamada CEOE, el señor Arturo Fernández, el que paga en negro a sus currantes. Personajes que han llevado a sus empresas a la ruina como Fernando Martín, Ruiz Mateos, el señor Rato y su increíble gestión de Bankia, los gestores de Iberia a la que despedazan y venden como chatarra a los británicos para sacar ellos altos puestos de dirección y envían miles de trabajadores a la calle, a los gestores de la constructora Reyal Urbis cuya suspensión de pagos nos costará a todos más de mil millones de euros a través del llamado banco malo (como si hubiera alguno bueno).
Políticos reyes de la gestión honrada y trasparente como el ínclito Fabra y su aeropuerto fantasma, al elegante Camps con sus trajes de buen corte, al clan Pujol y su pasta en paraísos fiscales, al señor Duran coleccionista de corbatas y de sedes embargadas, el olvidado Chaves con sus ERES andaluces. Políticos claros y trasparentes como el señor Blanco y sus relaciones con los dibujos Manga, la señora Mato y sus grandes fiestas de cumpleaños, el señor Sepúlveda gran alcalde y mejor teletrabajador, el gran tesorero Bárcenas, toda la tropa que gobernó Marbella, nuestros amigos de la Gürtel, el duque empalmado y nuestro menorquín en palacio, y hasta, el recuperado por los medios casposos y manipuladores, el gran experto en finanzas don Mario Conde, y aquí me paro que me empieza a doler la cabeza y aún no he renovado la tarjeta sanitaria.
Alguien podrá pensar que me paso por llamarles mierdas, que el lenguaje es soez y hasta grotesco, con todo mi respeto, lo que realmente me parece grotesco, soez y hasta cruel es que personajes como estos y muchos otros sean culpables, de una manera u otra, por dejar a la gente sin casa, por dejar a los enfermos sin atención , por abandonar a los discapacitados a su suerte, por dejar a la juventud sin futuro, en definitiva, por castigar sin piedad a la mayoría del pueblo para beneficiarse ellos mismos y a su colla de chupópteros.
Así que, queridos lectores, si alguien se siente ofendido por afirmar que tenemos expertos de mierda, espero que no sea ninguno de ustedes, a los que quiero ofender es a otros, al fin y al cabo yo lanzo palabras mientras ellos reparten dolor. Y les aseguro que para mí sería un honor que ellos me considerasen un articulista de mierda, como buen experto en nada, conviene dejar los bandos claros.
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