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Qué bien me sienta ser menorquín. Ni catalán, ni español, ni europeo. Simplemente, ser uno de los privilegiados que habitan este maravilloso rincón del planeta perdido a mitad de camino entre la nada y el olvido. Hoy celebramos el día de nuestro patrón, o lo que es lo mismo, no sonará tan triste 'Sa balada d'en Lucas', no tendrá tantas calorias la sobrasada frita y 'ses herbes dolces' emborracharán un pelín menos, o sentarán un pelín mejor, según se mire. Pero ante todo, creo que es un día para darnos cuenta de todo lo que nos rodea y por lo que debemos luchar.

Debe ser este día de Sant Antoni una excusa inmejorable para recordar el peligro que corrimos el pasado verano cuando un desalmado intentó quemar la Isla. El conflicto nos unió como nunca e incluso recibimos el apoyo desde otros puntos del planeta. En ese instante nos brotó a todos un espíritu común que superó las barreras idiotas que nos separan en el día a día, como si uno tira más para la derecha o a la izquierda. Hoy da igual si 'xerres, parles o hablas', Menorca y su belleza está por encima de todo.

Entonaremos 'Un senyor damunt un ruc', nos hartaremos de embutido y acabaremos discutiendo sobre lo de siempre, convencidos de que si nos dieran el poder salvaríamos el mundo para reconocer, cuando ya se acabe la reunión con los amigos, lo afortunados que somos por estar rodeados en un día tan importante de aquellos que verdaderamente nos importan.

Y tendremos que aguantar a los cansinos de turno que intentarán convencernos de que Menorca forma parte de Cataluña o de los autodenominados 'Països Catalans' y solfas similares. Y encima estarán convencidos de que tienen razón. Mientras defiendan sus argumentos no se darán cuenta, o no querrán darse cuenta de que tanto que se quejan con lo de su independencia y de que se les ha impuesto lo de ser españoles y ahora nos incordian con lo mismo.

Ni soy catalán, ni quiero serlo. Soy menorquín, hablo menorquín, me siento tremendamente orgulloso de 's'article salat' y no estoy dispuesto a que algún iluminado me imponga que pertenezco 'als Països Catalans', cuando en muchas ocasiones me aborrece el simple hecho de ser balear. ¿Que no queréis ser españoles? Estupendo, pero del mismo modo yo no quiero ser catalán. Ni 'es senyor damunt d'un ruc' tampoco.
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dgelabertpetrus@gmail.com