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No alcanzo a comprender a veces a los políticos. Su falta de memoria, su obtusa persistencia para ocultar los hechos tal cual son a la hora de hacer una pública autocrítica. Sus torpes eufemismos, como si la ciudadanía que les paga el sueldo y las prebendas, fuéramos tontos de baba.

Me acuerdo, sin tener que forzar mucho la luz de la memoria, porque como quien dice hace cuatro días de cuando las personas más representativas del PP, incluido Mariano Rajoy, encabezaban manifestaciones en contra de lo que pretendía el gobierno socialista. Sí, señor Rajoy, sí, que iba usted detrás de la pancarta, cogiéndola con las dos manos, pancarta que abría la manifestación. Pero no sólo eso porque también pedía usted públicamente que el personal acudiera a la manifestación que usted solicitaba. Buena memoria o un buen archivo señor Rajoy, necesita usted un buen archivo, porque se ve que en esas "cositas" del pasado la memoria la tiene regular. Y por cierto, déjeme que le diga que al igual que hoy, en aquellas manifestaciones en las que tenían ustedes todo el derecho, faltaría más, a manifestarse, el número de manifestantes, igual que pasa con las manifestaciones actuales, comparado con los habitantes que tiene España (47 millones) eran y son proporcionalmente un número simbólico.

El día 25, martes, mes de septiembre, el señor Rajoy, don Mariano decía la siguiente obviedad refiriéndose a las múltiples manifestaciones en su contra: "un reconocimiento a los españoles que no abren los telediarios ni salen en la prensa, son la mayoría de los 47 millones de españoles. No se les ve, pero están ahí". Oiga señor Rajoy, lo mismo que en las manifestaciones, que no fueron pocas, en las que participaba el PP. Ni más ni menos.
Se equivoca usted y no poco señor Rajoy, si no les presta ninguna atención a unos miles de catalanes que salen a la calle para pedir una Catalunya independiente.

Se equivoca usted y no poco señor Rajoy, si cree que 12 manifestaciones en Madrid el martes 25 de septiembre, una de ellas por cierto, rodeando el Congreso de los diputados, pero todas en contra de su política, son como si fueran "pelos de cochino", algo a lo que no hay que dar ninguna importancia.
Se equivoca usted y no poco señor Rajoy, si olvida que gobierna gracias al pueblo. Dijo en su día de investidura que "para el pueblo" pero hoy lo hace sin el pueblo. Créame, nadie que haya gobernado así ha sido recordado jamás como un buen gobernante.

Se equivoca usted y no poco señor Rajoy si no quiere escuchar el clamor de la calle porque en ella la gente agavillada lo que dicen le molesta. Es mucho mejor, créame, una discrepancia o una crítica sincera, aunque sea masiva, que un halago interesado y firmado en un despacho con una palmadita en la espalda.
Yo sé que es difícil que un gobierno escuche un clamor popular, sobre todo en aquellos gobiernos de mayorías absolutas, tan dispuestos a pensar siempre que son cuatro gatos los descontentos. Pero fíjese lo que pueden montarle en Catalunya, a pesar de ser millones los catalanes que no abren los telediarios y no salen en la prensa, que son la mayoría de los 7.539.618 que Catalunya tiene.

Se equivoca usted y no poco señor Rajoy si piensa que los que no abren telediarios ni salen en la prensa es porque están de acuerdo con usted.
Se equivoca usted señor Rajoy y no poco si hace como aquellos que el día del diluvio universal levantaron la cabeza hacia las nubes y dijeron ¡bah! ¡Serán cuatro gotas!