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El Gobierno pretende atajar el posible fraude con el descuento de residente exigiendo la presentación del certificado de empadronamiento. Ello ha provocado que en las últimas semanas se hayan incrementado las peticiones de inscripción en el padrón. Es cierto que pueden darse casos de personas que residieron en la Isla y que han cambiado su domicilio a la Península y siguen aprovechando el descuento de residente. Habrá que ver la eficacia de la medida. Es lógico que Fomento vele para que el dinero público sirva para el objetivo que se pretende, compensar la residencia insular en el transporte. El certificado de empadronamiento no se entrega en cada viaje, sino que basta exhibirlo junto al DNI y tiene una validez de seis meses. Las molestias causadas y el coste añadido, son, en este sentido, moderados. Incluso podrán reducirse si se aplican soluciones informáticas. La exigencia del certificado, además de la complicación administrativa, puede generar algunos problemas a los pasajeros que se olviden de esta documentación. Para la sociedad insular, lo realmente importante es que no se den más pasos atrás en materia de transporte aéreo y que se garanticen las rutas con Barcelona, Madrid y Palma, con frecuencias y precios adecuados.