Anclados en el centro del Puerto de Mahón, sufrimos como casi todas las instituciones, como casi todos ustedes, las consecuencias del temporal político y financiero que nos sacude.
Pero continuamos nuestra ruta. No les hablaremos de dificultades, que son muchas, sino de aspectos positivos de nuestro quehacer. Sin darnos cuenta, pronto cumpliremos ocho años de nuestro andar, surgido aquel septiembre de 2004.
Algunas de nuestras actividades están consolidadas y forman parte del paisaje de nuestro Puerto: las visitas dominicales (habremos perdido tres, máximo cuatro por mal tiempo, sobre 432 domingos); la procesión marinera de la Virgen del Carmen que cada año nos emociona a su paso por la Isla o el mismo Foro Menorca Isla del Rey que prepara este año su cuarta edición. Paco Tutzó tuvo la idea de focalizar el sitio como lugar emblemático, como ejemplo de voluntariado a seguir y junto al Ateneo y Editorial Menorca materializamos la idea.
Pero hemos vivido un hecho inédito, vivo, brillante, con proyección de futuro. La iniciativa nació por el hecho de contar con un grupo importante de voluntarios ingleses, una vez conmemorados los 300 años de la creación de aquel primitivo Hospital Naval (1711-2011).
¿Por qué no incentivamos el estudio del inglés entre nuestros jóvenes sin necesidad de que viajen al Reino Unido?
Nada costó convencer a la Consellera de Bienestar Social y Juventud y a sus bravas y eficaces "chicas" de INJOVE para que el proyecto se pusiese en marcha. Diseñado inicialmente para 30 estudiantes, la demanda obligó a duplicar las plazas. Y como no teníamos instalaciones para tantos en la propia isla del Rey, pedimos -y encontramos- apoyo en el Lazareto, a cuyos responsables agradecemos enormemente la ayuda prestada.
Pocas veces la conjunción de esfuerzos produce tan buenos resultados. Unas magníficas monitoras de INJOVE, un programa de actividades bien estudiado y organizado, la magnífica contribución de voluntarios de nuestra Fundación, españoles e ingleses, un magnifico y servicial barquero y el buen comportamiento de los chicos y chicas, convirtieron una incierta experiencia en un indiscutible éxito que deberá tener continuidad.
Pero quedaría corto si no felicitase a unos padres que han imbuido en sus hijos la necesidad del esfuerzo y del estudio y que el conocimiento del inglés es importante para su formación y futuro.
Resumo: tuvimos la suerte de encontrar un grupo de estudiantes con buenas calificaciones, con interés y disposición, es decir con buenas aptitudes. Pero sobre todo con buenas actitudes. Con estos mimbres el fruto nace solo. Y no hay mejor inversión en tiempos de crisis que mirar al futuro y transmitir a nuestros hijos -y nietos- nuestro mejor esfuerzo. Esfuerzo de muchos como he dicho, que equivale a decir éxito de todos.
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