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Las negativas previsiones del Centre de Recerca Econòmica han sido superadas por las que ayer anunció CAEB. El PIB de Menorca sufrirá una contracción este año de -0,4 por ciento, dos décimas más que el de Mallorca y muy lejos de la actividad económica de Eivissa, que incrementará su índice de creación de riqueza en un 1,2 por ciento. Son estimaciones, aunque insisten en la preocupante tendencia de Menorca, que ante un panorama internacional de profunda crisis no encuentra medios eficaces para evitar la consolidación de la recesión. No es una cuestión de discutir la conveniencia de los modelos turísticos, pero sí de plantear las medidas que puedan ayudar a resistir las consecuencias de la pérdida de actividad.

Existen algunas iniciativas puntuales para impulsar nuevas ideas, en materia de transporte aéreo o, de forma tímida, en planes turísticos. Sin embargo, la actitud de resistencia ante la crisis no puede ser sinónimo de pasividad. Y esta cuestión de actitud debe interpelar a las administraciones públicas, principalmente preocupadas en aplicar cada día más medidas de austeridad y control del déficit, y a las asociaciones y colectivos privados. Se nota a faltar algún gesto que transmita confianza en nuestras propias capacidades.