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Sinceramente, me parece que no hay suficiente crisis. Como quien sazona un plato al que le falta una pizca de sal. Creo que todavía resta un poco de desempleo por aquí, unos recortes por allá, un dedal de rescate económico y un 'poquitirrín' de mangoneo general, no más. Entonces disfrutaremos de una coyuntura, recesión o como le salga de las narices llamarlo "rica, rica y con fundamento". Que a día de hoy, con la que está cayendo, todavía podemos considerarnos una panda de desagradecidos privilegiados porque no nos cobran por respirar o no pagamos por trabajar, los que podemos. Porque somos Trending Topic, como lo llaman hoy en día a estar de moda, además de tontos, tontas y todo lo demás.

Hace unos años vivíamos acomodadamente entre la abundancia de un escenario frágil y por encima de nuestras posibilidades, incluyendo en cada menú de comida rápida, bebida, patatas fritas y alguna hipoteca por el mismo precio. Nos idiotizamos entre la abundancia, internet, la televisión y las promesas de que 'manque pierda' "Ejpaña va bien". Ni intuimos la crisis, ni nos importó cuando Italia y Grecia se empezaron a escoñar.

No fue hasta que nos tocaron el sueldo, se encareció el precio de la gasolina o nos subieron la tarifa de internet, cada cual con su tema, que fruncimos el ceño. Pero bueno, como en el fondo el que empezaba a sufrir era el vecino, descargamos toda nuestra ira homicida -en realidad muy poca porque siempre el vecino nos ha importado un pepino-, en las redes sociales.

Cambiamos, la inmensa mayoría, las cacerolas, las pancartas y las canciones que hasta el momento solían funcionar casi siempre por 'gilimensajes' de 140 caracteres con los que inundamos el ciberespacio de lo que se conoce como 'cibermierda' y etiquetamos, me incluyo, a los que optaron por rebelarse con los métodos tradicionales como 'perroflautas' o indignados. Puede que herramientas como Facebook o Twitter nos hicieran un pelín más agudos -algo que pocas veces consiguió la escuela-, pero en el fondo seguimos siendo igual de idiotas.

Pero nos da igual. Somos ingeniosamente muy peligrosos con una red social entre las manos. Somos como una especie de arma de destrucción masiva sin dañar a nadie y cómodamente sentados desde casa. Somos Trending Topic aunque también un pelín gilipollas.
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dgelabertpetrus@gmail.com