Mas allá de sus creencias republicanas, participó en el referéndum de Menorca

Primero fueron los ayuntamientos en representación del pueblo que al tener noticia de la feliz iniciativa del señor diputado se apresuraron a telegrafiarle para felicitarle, al mismo tiempo que hicieron lo propio al jefe del Gobierno, solicitando su apoyo eficaz.

Menorca entera comprendió que era el momento decisivo en la historia de la Isla, entrando en una nueva vida, dejando a un lado las diferencias políticas que nos separan (continuaba diciendo el redactor), vamos juntos como un solo hombre a cumplir un deber de patriotismo, un deber ineludible que si faltáramos a él nos pedirían estrecha cuenta nuestros hijos y mereceríamos su aversión y su desprecio por débiles o por egoístas.
El referéndum que pedía el doctor Llansó, se celebró, primero en Mahón y luego en toda Menorca, la Isla en masa se pronunció a favor de Llansó, a favor de su proyecto, sin un voto en contra.

ALAIOR

Esta bella población recibió a la hora anunciada al digno diputado. A la entrada, un gran gentío que desde que divisó el automóvil que conducía al doctor, comenzó sus muestras de entusiasmo, aplausos y vítores que ya no cesaron hasta que hubo llegado a su alojamiento, después de haber visitado el municipio.

En seguida se dirigió a la Escuela Municipal en la que el Ayuntamiento de aquella villa estaba reunido porque en las casas consistoriales se hacían obras de reparación
Presidía el Ayuntamiento su alcalde, D. Lorenzo Villalonga, con el primer teniente de alcalde don Rafael Mascaró y los concejales, señores: Don Lorenzo Pons Pons, Miguel Hernández, Pedro Meliá Pons, Francisco Meliá Olives, Juan Sintes, Pedro Pons Carreras y don Juan Jiménez.

El público en masa imponente, que iba engrosando durante el trayecto se estacionó en la calle por insuficiente espacio en el local. Tras un gran parlamento, recordó que ya en el año 1820 cuando no había en Menorca republicanos, ya que todos eran monárquicos, Alaior hizo peticiones al gobierno rogando se conservara la antigua organización de las Universidades particulares que se refundía en la universidad General de la Isla para los asuntos comunes a toda la tierra menorquina.

Me emocionó leer parte de aquel discurso. Entre algunos párrafos copio textualmente para ustedes:

"No se pide, pues, ningún privilegio. Sino que se nos aplique una equitativa igualdad que aleje toda idea de que pueden existir españoles de varias clases; porque ni los derechos del Estado ni la integridad del territorio patrio pueden padecer en lo más mínimo con el ideal menorquín."

Por la noche tuvo lugar un mitin grandioso en el Circulo Democrático y Republicano viéndose el amplio salón completamente lleno, sin que faltara la brillante representación del bello sexo. Hizo la presentación el ex alcalde presidente del casino doctor don Lorenzo Pons y hablaron los señores Manent, Cevedo y Llansó. La visita a Alaior dejó grata impresión.

Es Migjorn Gran

Desde Alaior y después de haber descansado algunas horas, salieron el jueves por la mañana hacia el simpático pueblo de Migjorn Gran (sic).

El pueblo se hallaba engalanado desde la festividad de San Jaime, todas las calles lucían innumerables adornos siendo incorporados algunos más para alegrar la visita del doctor Llansó, elevando un arco en el que se leían las inscripciones siguientes:
"Unió des Migjor Gran. A baix es centralisme". Y en el café del señor Moll y cubriendo gran parte de la fachada, a modo de tapiz se leía: "Al meritísimo doctor Llansó, magnífic diputat per Menorca".

El doctor Llansó descendió del carruaje a la entrada del pueblo, donde esperaban los vecinos con la banda de música de la Sección Minerva de la Sociedad Unió des Migjorn Gran. Al pasar por Mercadal se unió a los expedicionarios el prestigioso, popular y simpático diputado provincial por este distrito don J. Teodoro Canet, uno de los más entusiastas partidarios del proyecto de descentralización. Acompañado el doctor Llansó del señor Canet, del castizo literato y distinguido médico don Francisco Camps, tan amante de la tierra de Menorca, del señor La Cal, médico y propietario, que se hallaba veraneando en aquel pueblo, del farmacéutico señor Borrás, del primer teniente de alcalde don Francisco Gomila Salas y de los concejales residentes de San Cristóbal, señores Camps, Llufriu y Gomila, seguido por los vecinos, se dirigió al local de la escuela.
En la representación figuraban representantes de todas las sociedades del pueblo y del simpático periódico "Llum Nova".

Trasladada la comitiva al domicilio de la Sociedad Unió des Migjorn Gran, la banda continuó alegrando la popular recepción y el orfeón de la citada sociedad cantó, con gusto y expresión un himno especial suyo.

MERCADAL

Terminada la recepción de San Cristóbal y sin tomar el menor descanso, se dirigió a Mercadal. En la calle principal del pueblo le aguardaba el Ayuntamiento presidido por su alcalde don Nicolás Pelegrí que estaba acompañado del primer teniente de alcalde don Domingo Ferrer y de los concejales don Bartolomé Florit, don Francisco Gomila y don Nicolás Pons Fortuny y del secretario señor Sintes.

Con el Ayuntamiento estaban también el juez municipal don José Carretero, el antiguo médico don Manuel Luque, el médico titular don Jaime Gomila, el veterinario señor Gomila, el farmacéutico señor Gálvez, don José Real y otras distinguidas personalidades de la población. En la casa Consistorial explicó sus propósitos y deseos, como en las otras poblaciones, del progreso en la Isla. Finalizado el acto fueron obsequiados con dulces, vinos, azucarillos y licores.

Después de la recepción oficial, visitaron las oficinas municipales, y el amable secretario, señor Sintes, que hizo como el tan solo sabe hacerlo, los honores de la casa, mostrando la maza de plata labrada y repujada, que se conservaba, perteneciendo a los tiempos en que la población formaba parte de la Universidad de la Isla.
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