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El sentir popular por la Pepa está presente en la vida social de Cádiz, que la festeja con alegría e ironía durante los carnavales. La filosofía está en las letrillas de las chirigotas y comparsas que cantan por sus calles.

Se han preparado actos para conmemorar el segundo centenario de la Constitución de 1812 que ha llegado como un periodo histórico de glorias y conquistas, que se adaptan o se deforman según quienes dirigen la historiografía académica oficial. En mis estudios de primaria y del internado nos enseñaron algo que no tenía nada que ver con lo que hoy podemos leer, estudiar y analizar sobre lo que fue la España del XIX. Tenemos la suerte de leer a Pierre Vilar, Josep Fontana, Tuñón de Lara, Abate Marchena, Flórez Estrada, Alvarez Junco, Joseph Perez, Ronald Frasser... Y, sobretodo, podemos observar el mejor reportaje del cronista de la época, como son los grabados y las estampas de Goya, la mejor llamada de atención de lo que nunca se debería haber hecho. Goya estuvo allí , lo vivió, y nos lo contó. Mi amistad con Valeriano Bozal me ha servido para enriquecerme de esa historia tan bestia.

Conmemorar esa Constitución es conocer que la ciudad estuvo sitiada y fue bombardeada por el ejército francés durante el periodo de su elaboración. No existía la más mínima conexión entre los reunidos y el resto de la península.

Me apasiona ese período histórico, en donde reinaba el oscurantismo y la intolerancia, que hacía que muchos extranjeros nos viesen como una tierra cruel y bárbara. Un país pintoresco, y de esa forma podemos entender la obra de Merimée, que nos presentaba como una España romántica, más africana que europea, en donde los exóticos, las fuertes emociones, las violencias de instintos y de géneros , así como el sentido del honor, eran códigos de satisfacción.

Hablen de Cádiz y de España, pero tenemos que saber que en aquellos años del XIX no existía en absoluto la libertad de imprenta. Sólo había dos organizaciones: el ejército, con un concepto muy particular de corrupción, y el inmenso poder del clero. Ahí está la clave del papel tan importante de lo que sucede en la ciudad gaditana. El inicio del derrumbamiento del Antiguo Régimen.

Repasando la cantidad de motines, escaramuzas callejeras en muchos pueblos, observamos que no fueron por motivaciones patrióticas o religiosas, sino por la gran indignación ante los abusos y pillajes que cometían los militares franceses. La mayoría de aquellos indignados eran individuos de servicios, mozos, cocheros, aguadores, tenderos, aprendices, artesanos, y una minoría de profesionales liberales, administrativos, clérigos y militares, pero tenemos que reconocer el gran papel que jugó una amplia participación de mujeres.

Vuelvo con mi apasionamiento por aquella época, que me incita a leer y a documentarme sobre estas historias, viendo que muchos de los males que hemos sufrido en el siglo XX, tienen sus raíces en las actuaciones del Borbón, que ejecutaba su política desde el poder más absoluto. Flórez Estrada ya nos anuncia las dos España, que años más tarde denunciará Antonio Machado en sus versos.

¿Cuántos miles de españoles marcharon al exilio? ¿Cuántos fueron ejecutados?. Las cárceles proliferaron por todo el territorio. ¿Qué cárceles?. No existía la Justicia, así que aquellos presos pasaron años y años encerrados en condiciones inhumanas.

Una Constitución que nació con muchos problemas, sin respaldo popular ni una divulgación para que se conociese y fuese asumida . De esa forma el tirano rey no tuvo problema para anularla y volver al Antiguo Régimen, que era la España que defendían los "serviles", o sea, los que, proyectándolos al presente, sería la extrema derecha de hoy. Un poder absoluto que se sustentaba en la corona, el clero y la aristocracia. El estar a favor de la Pepa era la afirmación de ser liberal.

Estas lecturas me han ayudado a conocer el papel de los ocupantes y de los ocupados.

Estos últimos se comunicaban en las tabernas, que serían los centros cívicos y sociales de la actualidad, y en donde las discusiones, los debates, las peleas y las murmuraciones provocaban irritaciones, que daban paso a la xenofobia popular.

Celebro la "Pepa" en recuerdo de aquellos liberales, y pensando que la Constitución de 1978 sirvió para abrirnos a la Democracia, y, sin embargo, después de su consolidación y de nuestra participación en Europa, creo que necesitamos una reforma para adaptarla a la realidad, de manera que podamos constituirnos en un nuevo Estado Federal, dentro de una Confederación europea.

La España del XXI pertenece a otras generaciones, y pensemos que el pasado por cercano que esté, nos queda más lejos que el futuro más remoto.