En este desconcierto general que se ha apoderado de las filas socialistas están hablando los que más deberían callar y guardan silencio aquellos cuyas voces se esperan. Veamos; si Tomás Blanco fracasó estrepitosamente frente a Esperanza Aguirre en las elecciones autonómicas de Madrid, volvió a repetir la faena en la generales aumentando la derrota, si solo quedan dos pueblos que votan PSOE cerca de la capital, ¿con qué respaldo electoral exige vehementemente unas primarias y se convierte en uno de los actores de la solución?
Por seguir con los ejemplos; si José Bono, se retiró de la vida política y no quiso volver a ser diputado, si no ha participado en la campaña electoral, si se va a dedicar a la vida familiar ¿a qué viene esa exigencia de gritos de "viva España", que en tiempos de calamidad introduce otro factor de enfrentamiento?
Destacados dirigentes del partido, que aún se lamen las heridas y no dan crédito contemplando su exiguo grupo parlamentario, comentan como estos dos compañeros, y alguno más, estarían más guapos callados, a no ser que ambos aspiren a jugar un papel de mayor calado en el Congreso y estén buscando apoyos con su presencia en los medios.
Los que deberían hablar, aquellos cuyas voces se esperan, son Rubalcaba y Chacón. Teniendo en cuenta que el mes de diciembre, entre el puente de la semana próxima y las Navidades, no cuenta, queda pues un mes escaso para el congreso que se celebrará en Sevilla los primeros días de febrero. Ya se sabe que ambos están midiendo apoyos y calculando fuerzas pero, con una militancia en fase aguda de desmoralización, un secretario general desaparecido en combate y sin una "nueva vía" que pueda ser alternativa a la actual dirección, nunca se había vivido en el PSOE semejante falta de liderazgo.
La "gran esperanza blanca" el joven vizcaíno Eduardo Madina ha dicho tajantemente que no, que todavía no ha llegado su momento. Otro vasco con prestigio, experiencia de gestión y capacidad de diálogo como es Ramón Jáuregui -a quien Zapatero desterró a Bruselas y al final, por exigencia de Rubalcaba, volvió a Madrid como ministro de la Presidencia- no parece estar por la labor y se mantiene fiel a su mentor.
Como a perro flaco todo se le vuelven pulgas, el valenciano Jorge Alarte, modelo de nefasta oposición y a quien se le debe en gran parte el éxito del imputado Camps en las autonómicas y de Compromís en las Generales, ha sido de los primeros en anunciar que opta a la reelección a la secretaria de PSPV.
En definitiva: hablan los que no deben y callan los que deberían hablar.
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