Como en muchas otras cosas, con los reductores de velocidad o pasos sobreelevados pagan justos por pecadores. Muchos conductores, y sobre todo lo que conducen para ganarse la vida, lamentan tener que sufrir con frecuencia los saltitos propios de este invento pensado para dar preferencia a los peatones y evitar las carreras por circuitos urbanos. Pero es que, dejando al margen si se ajustan o no a la legalidad, los reductores de velocidad responden a una actividad incívica reiterada por parte de un parte importante, muy importante, de los conductores. La función de estos pasos es asegurar que el del volante pise el freno ante la presencia de un paso de peatones y no dispare el indicador de velocidad cuando está dentro de una ciudad. Esto, señoras y señores, responde a una norma básica de civismo que los conductores, abusando de la superioridad que les concede ir armados con varios centenares de kilos de acero, se han pasado históricamente por el cambio de marchas. La protección del peatón se ha hecho con elevada contundencia porque no había otro remedio. Se lo han ganado a pulso.
El apunte
Saltitos de incivismo
27/12/10 0:00
También en Opinión
- Fallecen seis personas, entre ellas cuatro menores, en un grave accidente de tráfico en Maó
- Los ocupantes en el asiento de atrás del accidente de Maó no llevaban puesto el cinturón de seguridad
- La UD Mahón suspende sus partidos este domingo tras el trágico accidente
- Maó y Sant Lluís decretan tres días de luto oficial por el accidente que ha costado la vida a seis de sus vecinos
- Ni Maria ni Joan: estos son los 25 nombres más populares de los bebés que nacen en Menorca
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.