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Isak Andic, presidente de Mango y presidente del Instituto de la Empresa Familiar, en unas declaraciones realizadas ante los medios de comunicación en España, ha solicitado que: "los nuevos funcionarios tengan una parte de su sueldo en formato variable y que la estabilidad en su puesto tenga las mismas características que cualquier otro trabajador del sector privado".

Además también declaró: "que la Administración debería invertir más en formación profesional para reducir el abandono escolar por debajo del 30% y que se invierta más en inglés (idiomas), ya que es necesario disponer de más profesionales y que estos tengan facilidad con el idioma extranjero". También declaró que se impulse la internacionalización de las empresas con apoyos de carácter fiscal, de igual manera para la contratación de jóvenes. Y de forma anecdótica apuntó "que al igual que los jóvenes se entusiasman con deportistas como Induráin, Alonso o Nadal, en el futuro tienen que entusiasmarse con ser emprendedores, con ser empresarios".

Esto, que en boca de este señor ha sido publicado por los medios de todo el país, y que asistimos a un "ahhh" de admiración, no es sino, una opinión que la mayoría de los ciudadanos de este país tenemos.

Si además preguntáramos a las administraciones como el Ayuntamiento o el Consell Insular, ¿a qué se debe que a sus trabajadores se les "gratifique" con descuentos y regalos en óptica, dentista, etc.. o incluso en préstamos de carácter personal a cuenta de la nómina, sin descontar ésta?, es lógico que cualquier joven esté más por la labor de trabajar en la administración que en la de ser empresario o emprendedor. Pero el trasfondo de ello va más allá, créanme. ¿Qué necesidad tiene la administración pública de tener y mantener estos convenios laborales donde priman los regalos y beneficios gratuitos para sus trabajadores? ¿Acaso no es lógico y de recibo que cuando un trabajador es contratado su deber es trabajar correctamente y por ello recibe su salario? Pues cuando digo que hay un trasfondo es por lo siguiente: El político en su deseo de ganar elecciones a cualquier precio, dispone del privilegio de ofrecer para sus trabajadores, en este caso en la administración, las mejoras más absurdas, con tal de, "mantenerles contentos" y que por supuesto le voten.

Básicamente es eso, nos guste o no. ¿Cómo cambiará el voto un señor o una señora que está trabajando en el Ayuntamiento, el Consell o el Govern, si mantiene un estatus laboral fenomenal y dispone de una serie de ventajas que el resto de los mortales no tenemos? Sería absurdo aquello de tirar piedras sobre su mismo tejado, o incluso ser solidario ¿no creen?

Por tanto y matemáticamente, el político lo que piensa es: "cuanto más personal en la administración tenga y lo tenga contento, más votos tendré y así seguiré gobernando". Lo que llamaríamos: "directamente proporcional". Para muestra les invito a "comparar" el número de trabajadores y cargos en nuestras administraciones estos últimos años.
¿Me equivoco o conocen ustedes algún político que haya tomado alguna decisión al respecto?.

La sociedad civil se ha perdido en el anonimato de la individualidad. Es inevitable que la juventud atienda los ejemplos diarios que vemos recompensados en cualquier ámbito público. Se prima mucho más aquel señor o señora que sale por la TV explicando lo que sea de su prima, antes que al emprendedor, empresario o profesional, capaz, que se ha esforzado durante mucho tiempo para llegar a obtener un premio, un trabajo. Los ejemplos que vemos en los colegios, distan mucho de la realidad laboral y se constata que la mayoría de los profesores son profesionales que han optado por esta salida laboral. Y aunque se realicen verdaderos esfuerzos por "interactuar" entre ambos mundos, la realidad es la que es y el ataque a los jóvenes desde los medios, las teles, y ahora las redes sociales son mucho más potentes que cualquier discurso o mensaje puntual. Si entendemos que tienes más "puntos" por hablar o escribir en catalán que en inglés, alemán o chino, para entrar en la administración, si entendemos que la política de turno rige el día a día formativo más elemental de cualquier joven, es imposible que éste a su vez, consiga un referente para su futuro.

No hace mucho, el ser profesor, era algo "casi" vocacional, el ser médico también y el ser empresario era promovido por la apuesta de tus ideas, de tu patrimonio para progresar, para ofrecer trabajo, para conseguir un sueño. Hoy ser empresario acaba siendo un "loco" que de su trabajo debe destinar casi el 40% a la administración, para que ésta a su vez, le fiscalice en lugar de ayudarle y financie todos esos regalos políticos a los que hacía referencia anteriormente.

Esa sociedad civil que ha estado inmersa en esa somnolencia del bienestar por una falsa visión de la realidad, ahora tendrá que despertar y actuar o de lo contrario ni el propio personal de la administración subsistirá.