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Por edad la Guerra Civil sólo es para mi un momento histórico a estudiar, recordar y analizar, ya que tuve la suerte de no vivir esa tragedia.

He leído mucho sobre esa contienda fratricida, especialmente autores que no me parecían sospechosos ni de izquierdas, ni de derechas, ni los que despedían un "tufillo partidista o interesado" y sobre todo de extranjeros como Paul Preston, H.Thomas y ahora, de vacaciones en Menorca, el último libro de Stanley G. Payne "¿Por qué la República perdió la guerra?" me ofrece una visión muy objetiva y un enfoque diferente del habitual.

Y ya no me fío ni de la versión triunfalista de los ganadores, ni de la más o menos interesada de los llamados perdedores.

Creo que los españoles deberíamos leer mas sobre nuestra Guerra Civil, y de muchas otras cosas, para no hablar por "boca de asno".

Por todo ello me parece estupendo eso de la Memoria Histórica, aunque el título no parece el más adecuado, ya que también lo es la invasión árabe del 711, la dominación romana, las Cortes de Cádiz, etc.; pero bueno, si hay intereses lícitos o no en centrarse en los muertos de la Guerra Civil, deberíamos ser más honestos y no reivindicar solamente los muertos/asesinados por el llamado bando nacional, ya que a poco que se estudie el tema, la izquierda tiene mucho que callar.

Cierto es que el ansia de sangre en las guerras civiles revolucionarias es propia de la naturaleza de estos conflictos, donde cada bando quiere imponer su modelo de "nueva sociedad" con absoluta exclusión de sus contrarios.

En muchas ocasiones he leído y escuchado como se "justificaba" la represión de la izquierda en comparación con la realizada por la derecha, es decir, que ¿unos muertos son mejores que los otros ?

Poco se habla de las infames checas de Madrid, del papel de la FAI y CNT y de la participación de los afiliados a Esquerra en las "patrullas de control" que llevaron a cabo la segunda parte de la represión en Barcelona" ( Stanley G. Payne, pág.108, del mencionado libro), ni de los 2.000 ejecutados en Paracuellos del Jarama, siendo Carrillo consejero de Orden Público.

Pero nada de esto justificaría las ejecuciones del bando nacional ni la brutal represión realizada por Franco entre 1939 y 1942.

Quien entienda este artículo como una defensa de uno u otro bando seguramente lo hace por motivos partidistas.

Las generaciones de la posguerra deberíamos informarnos mucho mejor de lo que paso ,cómo fue posible y que enseñanzas debemos extraer de todo ello y no caer en el fácil posicionamiento de los partidos políticos, que generalmente, sólo tratan de rentabilizar esos acontecimientos.

Dicen que la historia la escriben los vencedores pero con los medios existentes en las últimas décadas esa teoría no se sostiene.

Hay más de 15.000 publicaciones sobre nuestra Guerra Civil y no todas son franquistas.
Nadie debería poner en tela de juicio el que unas familias intenten recuperar a sus seres queridos asesinados por uno u otro bando.

Y todos deberíamos rechazar y despreciar a quienes intenten sacar partido de una sangre injustamente derramada.

Un pueblo no debe renunciar a su memoria, porque en el pasado esta la raíz de la mayoría de nuestros males actuales, pero no puede quedarse en sólo unos años, por trágicos que hayan sido.

Pero ¿se puede pedir esto a una sociedad como la nuestra ?

Lamentablemente, lo dudo , pero debemos de hacer ese esfuerzo y son los medios de comunicación los que tienen una mayor responsabilidad en la difusión correcta de los hechos.

Asistimos a tiempos difíciles, tiempos de cambios y por lo tanto a ser victimas del lógico miedo que trae lo desconocido, pero eso no debe arrojarnos en los brazos de "falsos profetas" de derechas o de izquierdas, ni a dejarnos "calentar" por quienes practican un ciego "buenísmo".

Seamos respetuosos con nuestros muertos, porque tanto valen unos como otros y la tragedia familiar es la misma.

Recuperemos esa parte de nuestra historia y que nos sirva de lección y no para separarnos, sea cual sea nuestra ideología.