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La Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, la nueva Ley del Aborto, entró en vigor ayer y las administraciones públicas, también la balear, han explicado cómo se aplicará. Los cambios introducidos en la tramitación parlamentaria son matices estéticos, cuando lo que está en juego es la ética social y una cuestión moral de profundo calado, al considerar la eliminación de la vida de los que van a nacer como un derecho de la mujer hasta las 14 semanas de gestación. Desaparece el artículo sobre la causa referida a la salud psíquica de la madre, un auténtico colador, por él se ha permitido un enorme número de abortos en los últimos años. Ahora, sin obstáculos para abortar, el nuevo colador será con las menores de 16 y 17 años que deben informar a los padres antes de hacerlo, pero que no será necesario si se justifica la existencia de un conflicto familiar grave. Entonces los ginecólogos ejercerán de jueces. Hubiera sido prudente no aplicar la Ley hasta que el Tribunal Constitucional dicte una sentencia.
Los obispos españoles se pronunciaron el 27 de noviembre de 2009 "en favor de las madres que tienen el derecho a recibir el apoyo social necesario para no convertirse en víctimas del aborto".