Hay noticias que se disuelven con la misma rapidez que un azucarillo en un vaso de agua, y sin embargo son de gran importancia, merecedoras de una mayor atención; me refiero concretamente a la "UIMIR" que a causa de la crisis, que no era, que luego fue y que ahora es más grave de lo que parece, subió a los cielos ... y en la tierra paz a los políticos y políticas que siguen creyendo en el "pan y circo".
La "UIMIR", siempre tuvo serios problemas de adopción por parte de la clase política, lógicamente no por toda sino por parte de ella, ignoro las causas pero fue así, sin embargo superó todas las "zancadillas" habidas y por haber, y se fue consolidando como una apuesta cultural de gran resonancia, aunque era mejor valorada fuera de la isla que en casa; le sucedió aquello de que nadie es profeta en su tierra, tal vez por el "vicio" de que lo forastero gusta más que lo local, lo que importamos que lo que exportamos o que lo de fuera tiene más gancho que lo nativo, sin tener en cuenta la calidad que en ocasiones es superior.
Desde el principio se trabajó con ahínco para que ocupara un espacio atractivo entre las distintas ofertas culturales de los "cursos de verano"; por ello se apuntaló con la aportación de distintas Universidades peninsulares como la de Barcelona (UB) y la de Castellón (Rey Jaume I) además de la Universidad de les Illes (UIB) y con un profesorado de alto nivel intelectual, (Miguel Ángel Moratinos, José Saramago, Ricart Salvá, Ponç Pons y una larga lista de distintas disciplinas) pero a pesar de los esfuerzos realizados y por razones que desconozco, no llegó a alcanzar el punto álgido de despegue deseado por sus creadores, le faltó, al igual que en otras cosas, llegar al "consumidor" en la forma más correcta; el "producto" no supo venderse, posiblemente por falta de una eficaz y profesional campaña de promoción.
Por la "UIMIR", en sus catorce ediciones han pasado casi dos mil alumnos y se han impartido cursos de diversas materias, pero en la convocatorio del verano del 2008 el número de alumnos decreció alarmantemente, era un aviso de que el "reclamo" o las circunstancias no eran las óptimas, había que hacer un viraje y enderezar el rumbo para que el proyecto no zozobrara; sin embargo en la edición del pasado año se volvió a recuperar el número de alumnos pero la subida era más ficticia que real. Fue el segundo aviso aunque era evidente que el proyecto seguía siendo válido y merecía la máxima atención e incluso remover cielo y tierra para que no desapareciera porque apostar por la Cultura es hacerlo por un futuro mejor, aunque políticamente no sea tan rentable como invertir en otras cosas ... el "circo", por ejemplo, porque en este país la Cultura sigue cotizándose a la baja.
Me imagino que la mía será una de las pocas voces disonantes pero lo hago porque con la "UIMIR he tenido muchas sensaciones positivas e incluso algunas satisfacciones como la que viví en Castellón en que al asistir como invitado a una boda, un médico también invitado, al enterarse de que era menorquín se me acercó para decirme que conocía la isla gracias a haber asistido a uno de los primeros curso de la "UIMIR", en el Lazareto, y que pensaba volver porque la experiencia le había sabido a poco.
Evidentemente se hacía necesario un periodo de reflexión y estudio para analizar todas las circunstancias e incluso para recomponer el proyecto dándole otro enfoque, pero hubo tiempo suficiente, desde la clausura de la edición anterior, para éste análisis pero no se hizo, no se si por falta de voluntad política o por otras razones pero, sea por lo que fuese, me temo que la "UIMIR", cuya suspensión aparentemente es temporal, se haya convertido en un proyecto sin futuro, ya que después de un año en el dique seco, reemprender la marcha, con las perspectivas económicas nada halagüeñas que se avecinan, será empresa de titanes y no todos estarán por la labor, habrá otras prioridades más rentables que una apuesta cultural cuya rentabilidad es a largo plazo y con escaso punch en las urnas.
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