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Existen dos menorcas paralelas? ¿Existe la Menorca paraoficial-administrativa y política frente a la Menorca privada?. Desde luego que sí. Hay dos realidades distintas que se superponen y que muestran diferentes caras de una misma isla. Quizás ello no sea diferente en otros territorios pero en nuestra isla esta contraposición se muestra en todo su "esplendor".

La Menorca privada hace ya tiempo, varios años, que se viene apretando el cinturón. Ahí están los cierres de empresas, las reducciones generalizadas de plantillas, el terrible paro acumulado en la Isla (es decir, el paro procesado, el disimulado con cursillos, el oculto, demandantes del primer empleo, etc.…!casi diez mil personas!), etc. El incremento incesante de las ayudas de Caritas -la ONG privada más importante-, demuestra un proceso de "jibarización" en nuestra economía privada. Es indudable que la isla se ha empobrecido en estos últimos diez años. Si el progreso consiste en renovarse, en mejorar, Menorca no lo ha progresado.

En contraposición, la otra Menorca, la oficial político-administrativa, engreída hasta el máximo, sólo ha empezado a mostrar algunos signos de adaptación a la realidad socio-económica actual de la isla en estas pasadas semanas. Lo ha hecho forzada por los aires que proceden de Madrid y de Palma (de Europa y de Obama), no de motu propio. Se ha necesitado recibir órdenes exteriores y varios Plenos del CIM más varias reuniones de los Ayuntamientos para poner en marcha unos tímidos planes (que deberán de ampliarse) dirigidos a recortar gasto público de forma forzosa.

Hasta entonces, alejada del sufrimiento del día a día de los menorquines, la administración autonómica y municipal ha vivido en un limbo de autocomplacencia y pseudo satisfacción por un trabajo, desde luego, "no realizado". Hasta ahora no se había contemplado la contención del gasto sino que, contrariamente y en una alegre carrera hacia el endeudamiento total, se ha venido despilfarrando en proyectos inútiles. Las inversiones no productivas han venido primando sobre las ayudas a proyectos que pudiesen aportar riqueza a la isla. Un ejemplo clamoroso son los 7 millones de euros públicos secuestrados ya para construir un Centro de la nada sobre la Enclusa. Escuchar en una tertulia radiofónica al Presidente del CIM justificar este gasto preguntándose "¿què no serà guapo veure ses vistes des d'allà dalt?". Siete millones de euros (mil doscientos millones de pesetas): este es el precio de unas buenas vistas.

A nivel de Baleares el descontrol es todavía más clamoroso cuando se riega por aspersión a todas las entidades catalanistas habidas y por haber con un chorro de nueve millones de euros (¡Oh, my God, nine millions euros!) para la promoción-imposición de las formas del catalán foráneo sobre nuestros dialectos ancestrales.

Quizás la clave sea, en Menorca, la falta de formación de muchos que han subvertido unos valores clásicos por las consignas eco-nacionalistas al uso.

En pasados artículos de "Crítica es libertad" recordábamos que Menorca siempre (especialmente en las décadas de los sesenta y setenta) había exportado "cervells". Muchos menorquines han ido prestigiando la Isla desde su trabajo en el exterior de la misma. Un conocido y prestigioso sociólogo menorquín me recordaba el sábado que hoy nos encontramos con una auténtica falta de formación de los jóvenes menorquines. Eso refleja, efectivamente, la realidad social (y política) de la Menorca de hoy. Con un fracaso escolar galopante (el mayor de toda España; repitámoslo: el mayor de T-O-D-A España), la falta de ilusión por mejorar se ha instalado en nuestra Roqueta donde, ante la imposibilidad (por lo complejo) de realizar una promoción privada, muchos sólo aspiran a conseguir entrar en la seguridad del empleo público. (Seguridad y subvención, el leit-motiv de la Menorca actual: papá Estado frente al esfuerzo personal). Todo ello inducido desde la Administración que ha venido dando la imagen de que ese empleo público era lo deseable hasta el punto de que alguien pudiera pensar que se ha venido diseñando un pequeño Estado comunista (Menorca: ¿una pequeña Cuba?). ¿Ha abogado alguien desde el CIM para que la economía estuviese decididamente mediatizada por la administración?. Desde este punto de vista se entiende la constante oposición y control sobre todas las iniciativas privadas que se han pretendido promocionar.

Menorca necesita aires de libertad, deshacerse de tantos controles. Nuestra Roqueta necesita superar el fracaso escolar, recuperar la formación y eficiencia. Necesitamos nuevos "cervells".