15/12/24 4:00
El brutal crimen de María del Rosario Díaz Jiménez, en Palma, a manos de su pareja y delante de la hija de ambos de dos años de edad, evidencia que el sistema de protección de mujeres maltratadas presenta graves fallos. El asesino, un maltratador llamado George Virgiliu Teianu, llevaba una pulsera para alertar si se acercaba a su víctima, pero no funcionó porque el receptor estaba en la casa familiar y no lo llevaba la mujer encima. Ahora ha trascendido que otras víctimas de la violencia machista han detectado que sus sistemas de protección no se activan aunque se crucen con el maltratador. Es un asunto gravísimo que las autoridades deben solventar sin dilación.