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El presidente del Consell de Menorca, Adolfo Vilafranca, ha movido ficha y ha tendido la mano a PSOE y Més con el objetivo de conseguir su abstención para aprobar los presupuestos de la institución insular. El voto en contra de Vox impidió que prosperasen las cuentas de la institución insular, que ascienden a 162,5 millones de euros, los más altos en su historia. Vilafranca descarta un pacto con Vox hasta que no solvente sus disputas internas y «aterrice en la realidad de Menorca». PSOE y Més se quieren hacer valer al reclamar que hay que negociar algo más números. Así, los socialistas supeditan su apoyo a una hoja de ruta que incluya el alquiler turístico y el PTI, mientras que Més reclama un acuerdo sobre territorio y carretera.

El presidente Vilafranca, que está demostrando cintura política, acepta el envite y acepta ir más allá del presupuesto para lograr «acuerdos perdurables». Al haber quedado en evidencia que Vox no es un socio fiable para el PP, esta iniciativa del presidente del Consell no ha de caer en saco. La responsabilidad institucional corresponde tanto a los consellers del gobierno como de la oposición. ¿Será posible el pacto inteligente por encima de las discrepancias partidistas?