La necesidad de abordar con urgencia el incremento del gasto militar ha sido planteada por Felipe VI durante la Pascua Militar. Una medida que justificó como respuesta al conflicto bélico en Ucrania tras la invasión de las tropas rusas. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha reiterado que el Ejército español debe modernizar sus medios y aumentar efectivos ante la amenaza que supone Vladímir Putin para Europa y el resto del bloque occidental.
De inmediato, el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, socio del PSOE en el Gobierno, se desmarcó. Justificar el 2 por ciento del PIB en Defensa es complicado para un Gobierno que se define como progresista; pero no se puede dar la espalda a la guerra en Ucrania y la actitud expansionista de Rusia. Putin reedita la Guerra Fría para recuperar el papel hegemónico perdido por Rusia desde la desintegración de la Unión Soviética. España no puede instalarse en la marginalidad con respecto a los países de su entorno. La OTAN requiere del compromiso de todos sus miembros; entre ellos, España. La negativa de Podemos a aceptar estos planteamientos abre otra divergencia en el Gobierno de Pedro Sánchez. Alcanzar el 2 por ciento del PIB en gasto militar supone multiplicar por tres el del 2022, una decisión difícil en periodo electoral pero que no admite dilaciones por los riesgos y amenazas del entorno internacional.