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La conquista de su enésimo Roland Garros, el número catorce de su carrera, agranda la legendaria figura de Rafael Nadal. Aunque la final ante el noruego Casper Ruud, un alumno de su academia, apenas tuvo historia, una vez más la épica acompañó al mallorquín en este torneo. Su partido ante el serbio Novak Djokovic, en los cuartos de final, será recordado como uno de los mejores de la década. En su pista favorita, donde ha conseguido los mayores logros, dos días después de festejar su 36 cumpleaños, Nadal liquidó en poco más de dos horas a su rival y sumó su vigésimo segundo Grand Slam. El jugador de Manacor ya es el tenista con más 'grandes'. No obstante, éste último Roland Garros ha sido distinto. Nadal llegó a París bajo las dudas de su estado físico. Además, debía batirse    con Djokovic en cuartos, pero Nadal se creció ante la adversidad y supero al actual número uno mundial. Tras su triunfo en el Grand Slam francés, el mallorquín manifestó que quiere seguir jugando. Su intención es la de competir en Wimbledon, si bien los problemas que arrastra en su pie izquierdo abren    interrogantes. Nadal se someterá en los próximos días a un nuevo tratamiento médico y el resultado marcará su hoja de ruta más inmediata. Afortunadamente para el deporte español, quiere seguir jugando. Y si Nadal juega, siempre es para ganar.