El jefe del Estado ha pronunciado este año su discurso de Navidad cuando España sufre una nueva ola de la pandemia, con las consecuencias sociales y económicas que ello implica, que impide pasar página a la crisis de la covid. Don Felipe ha abordado la delicada situación que provocan a la institución monárquica los problemas judiciales y fiscales en los que se encuentra involucrado su padre, don Juan Carlos, cuyo regreso a España no halla una solución idónea.
El Rey, aunque sin una referencia explícita, dejó clara la exigencia de «ejemplaridad» de los responsables de las instituciones ene las que la Monarquía y la Casa Real no pueden ser consideradas una excepción. El análisis de Felipe VI sobre el 2021 ha reconocido el esfuerzo de los profesionales sanitarios y ha aludido a los beneficios de la pertenencia a la Unión Europea, tanto en lo el acceso a las vacunas como a las ayudas económicas para salir de la recesión. Al mismo tiempo, don Felipe fue contundente al referirse a la Constitución y sus valores. Es una reiteración que se entiende como muro de contención de las ansias secesionistas de los partidos catalanistas; que deja encallado el conflicto. No puede obviarse el amplio apoyo de las fuerzas políticas en torno a las palabras de Su Majestad; todo un signo de la fortaleza y apoyo a la institución y al modelo de monarquía parlamentaria.