La directora insular de la Administración del Estado, Isabel López Manchón, destacó el papel integrador de la Constitución. Frente a quienes -como Més per Menorca, junto a ERC, la CUP, EH Bildu, BNG y otras formaciones independentistas- califican la Constitución de «agotada y deslegitimada» y tildan de «exaltación y defensa fanática» a quienes la apoyan, López Manchón proclamó que «nos une, nos iguala y nos protege de la injusticia» y ante «tanta incertidumbre» que ha provocado la pandemia.
La Constitución de 1978 permitió transitar del régimen franquista a una democracia de derechos y libertades. Pero no se comprende como, 43 años después, se sigue demorando la reforma de varios artículos que reclaman una urgente modernización, lo que provoca desafección ciudadana y erosiona la credibilidad de la democracia española. Alemania ha reformado estos últimos 40 años su Constitución en 60 ocasiones. En España sigue siendo un tema prohibido. Entre las cuestiones a actualizar sobresale la anacrónica prevalencia del hombre sobre la mujer en la sucesión de la Corona; la inviolabilidad del Rey, así como el artículo 49 para eliminar el término «disminuido físico, sensorial y psíquico» y cambiarlo por «personas con discapacidad». La Transición fue un gran éxito. Hoy necesitamos recuperar su capacidad de acuerdo para reformar la Constitución.