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Los docentes y por ende el sistema educativo han sufrido un problema de interinidad excesiva de sus plantillas. Desde 2017 se están convocando oposiciones para paliar este problema y ello ha permitido pasar del 37 al 28 por ciento la tasa de interinidad. Eso significa que ahora, después de las oposiciones de este fin de semana para adjudicar 1.144 plazas, todavía más de uno de cada cuatro profesores es interino. Esta convocatoria, aplazada del año pasado, es un paso más para reducir la inestabilidad, un factor que afecta de forma negativa a la calidad de la enseñanza.

La interinidad se ha convertido en el mundo de la enseñanza en una situación cronificada para miles de docentes, siempre por diversas causas pero en la mayoría de las ocasiones por la falta de interés de la propia Conselleria; una dinámica heredada desde hace legislaturas. Con el pretexto de las crisis económicas y la prohibición de nuevas oposiciones de trabajadores públicos, los centros escolares se han visto en la obligación de tener que trabajar con plantillas inestables e improvisadas. Es importante que se mantengan los planes de convocar oposiciones durante 3 años más para llegar a una tasa de interinidad del 15 por ciento.