El Govern sufrió ayer una severa derrota cuando el decreto para reactivar la economía balear no quedó convalidado y deberá tramitarse como una ley. Los votos de Vox, PP, Cs, El PI, Més per Menorca y el diputado de Esquerra de Menorca Pablo Martínez dejaron en minoría al PSOE, Podemos y Més per Mallorca, lo que pone de relieve la fragilidad de la aritmética parlamentaria.
La presidenta Armengol y su equipo deben buscar fórmulas para tramitar un texto coherente, lo que no será fácil teniendo en cuenta el veto de los ecosoberanistas menorquines a cualquier acuerdo con los regionalistas del PI. El Govern intentará obtener apoyos mediante una aproximación a Més per Menorca o El PI.
Se abre un período de incertidumbre y de eventual inestabilidad institucional que tendrá en la tramitación de los presupuestos su momento más difícil. La evolución de los acontecimientos permitirá evaluar la gravedad de la ruptura, la profundidad de la herida y sus consecuencias políticas.
La experiencia de Francina Armengol para sortear este complicado escollo se pone ahora a prueba si quiere sacar adelante una legislatura con enormes retos económicos y sociales por resolver.