Todo indica que, en esta ocasión, la en tantas ocasiones anunciada apuesta por las energías renovables en Balears tiene visos de hacerse realidad. El proyecto anunciado por el vicepresidente de Transición Energética y Sectores Productivos, Juan Pedro Yllanes, pone sobre la mesa un ambicioso plan de 260 millones de euros de inversión privada con el apoyo de la Unión Europea.
Hasta 55 parques fotovoltáicos podrían ponerse en marcha con una producción total de 320 megavatios de potencia, una oferta de reequilibrio energético para las Islas que podría dar generar 17.500 empleos cualificados. Ha llegado el momento de dar el salto y pasar a la acción en la lucha contra el cambio climático. Potenciar las energías renovables ofrecerá, sin duda, un importante valor añadido a Balears. Sin embargo, es preciso advertir los riesgos sobre los que es preciso estar vigilantes. Descartada, por fortuna, la energía eólica, la creación de parques fotovoltáicos en el suelo rústico es una cuestión que merece ser estudiada con detalles en lo que se refiere al impacto paisajístico como se ha visto en el caso de Punta Nati.
Se trata de arbitrar medidas que logren reducir los efectos más negativos, un equilibrio que requiere sensibilidad en todas las partes implicadas.