El obispo de Menorca, Francesc Conesa, valora y reflexiona, en la amplia entrevista que publicamos hoy, sobre la situación excepcional que vive la Iglesia con la supresión del culto. Constituye una de las medidas decretadas durante el actual estado de alarma para evitar la propagación del coronavirus. Una decisión que impide la celebración pública de los oficios de la Semana Santa, que tienen lugar a puerta cerrada y que la diócesis retransmite a través de YouTube.
«Esta pandemia -manifiesta el prelado- nos ha hecho más conscientes de nuestra vulnerabilidad y la fragilidad de nuestras vidas». Una sociedad muy segura de sí misma que, de pronto, descubre que un pequeño virus puede trastocar todo su modo vida. El titular de la sede de Severo elogia el gran servicio que presta Caritas Diocesana y formula un severo reproche a los criterios de priorización de pacientes ante la pandemia. Califica de «inmorales» los supuestos criterios éticos para dejar a ancianos fuera de los hospitales o no ingresar a quienes tengan más de 80 años. Las reflexiones del obispo Conesa nos interpelan en esta Semana Santa: todos los hombres tienen la misma dignidad y una sociedad es más humana cuando da prioridad a los más débiles.