La Iglesia de Menorca ha puesto en marcha una iniciativa, consistente en la recogida de peticiones dirigidas al obispo Francesc Conesa, para impulsar el proceso de beatificación de los sacerdotes de la diócesis que perdieron la vida por la persecución religiosa de 1936. En conjunto, cuarenta presbíteros, con Joan Huguet asesinado en Ferreries que fue beatificado en octubre de 2013, y los otros 39 tras ser encarcelados en el barco «Atlante», fondeado en Cala Figuera.
83 años después de aquellos trágicos hechos, se pone en marcha esta iniciativa, que ya se había empezado a gestionar en los años 70 y 80, pero después quedó paralizada.
La diócesis destaca que «pretende únicamente reconocer el valor de su fe y caridad», sin entrar en juicios de carácter político. El obispo Francesc X. Ciuraneta escribió en 2000, en referencia a estos sacerdotes, que «con su muerte verificaron la calidad de su fe». Testimonio de unos valerosos presbíteros menorquines, que además de ejercer su ministerio pastoral en la Iglesia local efectuaron numerosas aportaciones a favor de la cultura, el folklore y el periodismo como hicieron Rafel Bosch Ferrer, Antoni Orfila Fila Or y Guillermo Capó Medina.