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El Foro Menorca Illa del Rei ha dado a conocer, desde cuatro miradas distintas, la situación de la Reserva de Biosfera menorquina, 25 años después de su declaración. Este reconocimiento internacional exige decisiones y medidas -con la implicación de la población local- para que no se convierta en un mero título. El camino recorrido desde 1993 no invita al optimismo, porque Menorca no cuenta con un proyecto claro ni compartido por los menorquines sobre lo qué debe ser y hacia dónde debe avanzar la Reserva.

El Consell insular, a quien corresponde la gestión, anuncia un plan de acción para el periodo 2018-2025 pero, como advirtieron en el coloquio las alcaldesas Misericordia Sugrañes y Conxa Juanola, no se pueden seguir aplazando las decisiones, las medidas ni las actuaciones.

La primera gran cuestión a afrontar es la energía, porque Menorca es -así lo admite la ministra Teresa Ribera- el territorio de España donde la generación de electricidad es más sucia y más emisiones contaminentes ocasiona. La Reserva debe transformar Menorca en un modelo de prosperidad y bienestar que en estos 25 años no se ha logrado, como expuso el empresario Díaz Montañés.