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Los datos sobre la demanda de vivienda de alquiler en Balears son demoledores. El precio medio en el primer trimestre fue de 1.522 euros, solo por detrás -pero muy cerca- de Madrid y Barcelona. Son tarifas muy elevadas, motivadas por el auge del alquiler turístico. Govern y Consell intentan limitar este imparable proceso, pero la Unión Europea ya ha advertido de las 'prácticas restrictivas' en España porque hay interés para que los europeos puedan viajar sin muchos problemas.

El aumento de la demanda y el apoyo de la UE se traducen en un imparable encarecimiento de los alquileres y el ladrillo en general. Nada indica que los precios vayan a bajar, aunque vengan menos turistas.

Lo importante es garantizar el acceso a un piso a los jóvenes que quieren emanciparse para formar una nueva familia. El Govern del Pacte ha tenido tres años para aprobar y aplicar un plan de vivienda para facilitar este acceso a precios asequibles. Si no se avanza en esta materia el conflicto social está servido.

Cuando la demanda se dispara, la especulación es inevitable, por lo que el Govern -y también los consells- deben reaccionar y actuar para proteger a la población residente en las Islas.