El traslado de la parada de autobuses que enlazan el centro urbano de Ciutadella, desde la Plaça des Pins a la Avinguda Josep Mascaró Pasarius (Vía Perimetral), pone de manifiesto y recrudece el grave déficit que sufre la ciudad de Poniente al carecer de una estación para acoger, atender y dar un mínimo servicio a los usuarios del transporte público.
Las obras de la calle Mallorca -que empezaron con gran retraso, dado que forman parte del Plan Insular de Cooperación de 2015, y aún no están terminadas- motivaron el traslado de esta parada. Una decisión política que está provocando numerosas quejas y protestas por la mala imagen que dan en una ciudad turística como Ciutadella las colas diarias de turistas y residentes que esperan a pie, a pleno sol -estos días con temperaturas caniculares- sin posibilidad de resguardarse. Un triste y tercermundista espectáculo que el Ayuntamiento tenía que haber evitado. Ahora el Consell insular tendrá que dar respuesta a la reclamación de la empresa Autocares Torres que ha perdido 56.000 euros por el cambio de ubicación de la parada de autobuses. Pero el problema de fondo es que Ciutadella necesita una estación para los autocares, una obra necesaria.