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El congreso federal del PSOE, previsto para los días 20, 21 y 22 de mayo, ha quedado aplazado hasta la formación del próximo Gobierno. El secretario general, Pedro Sánchez, ha depositado en su investidura como sucesor de Rajoy la principal baza para continuar liderando el Partido Socialista en un hipotético escenario que le obligase a enfrentarse a Susana Díaz .

Los críticos de Pedro Sánchez esgrimen como principal argumento el retroceso que ha sufrido el PSOE en las últimas convocatorias electorales, atribuibles -en parte- a la irrupción de Podemos. Pero la carambola de los resultados del 20-D es un balón de oxígeno para el secretario general del PSOE, que consolida posiciones tras haber sido muy cuestionado. Dejar el congreso sin fecha alivia la tensión en esta formación. Con habilidad y fortuna, Sánchez logra afianzar su liderazgo, al menos de manera momentánea. Las claves están ahora en que el PSOE acceda a la presidencia del Gobierno, lo que implica un acuerdo con Podemos o bien que mejore resultados en una nuevas elecciones. Con independencia de ello, los socialistas precisan una renovación, tarea suspendida por la formación del nuevo Gobierno.