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Caritas Diocesana de Menorca ha advertido que renunciará a la concesión para gestionar la planta de Tratamiento Integral de Voluminosos (TIV) si el Consorcio de Residuos y Energía de Menorca -formado por el Consell y los ocho ayuntamientos- no le garantiza que puede llevar a cabo la actividad para la que fue autorizada por la propia Administración.

El funcionamiento y la viabilidad de la Planta TIV, concebida como un proyecto con un doble objetivo, medioambiental y social, se encuentran amenazados por la irrupción de otras empresas y los municipios a través de los 'puntos verde'. La deuda de 1,8 millones de euros constituye una carga para Caritas Diocesana que en estos momentos no puede soportar porque los voluminosos de Menorca son desviados y tratados en otras instalaciones.

El nuevo equipo de gobierno del Consell se remite a un futuro Plan Director de Residuos, lo  que no dará respuesta inmediata a un problema cuya solución no se puede demorar.

Si Caritas Diocesana renuncia a la gestión de estos residuos, el Consell y los ayuntamientos se hallarán con una grave dificultad que deberán solventar en una isla Reserva de Biosfera.