La recesión que arrancó durante el segundo semestre del 2007 presenta, ocho años después, indicadores que apuntan a la salida de la crisis, mejorados por la caída del precio del petróleo.
En sus mensajes de fin de año tanto el presidente Rajoy como el presidente Bauzá han puesto el acento en que el 2015 va a ser el año de la salida de la crisis. Los datos macroeconómicos constatan que España ha hecho los deberes con durísimos ajustes que hemos pagado entre todos los ciudadanos.
La economía española emite señales de solidez y solvencia, pero ahora es preciso trasladar la mejoría a las economías domésticas y a las pequeñas y medianas empresas. Disminuye la presión fiscal, lo que facilitará la liquidez e incentivará el consumo. Las entidades financieras deben volver a dar el crédito para impulsar la reactivación, cuya clave reside en la creación de empleo.
Balears presenta 25 meses de reducción del paro y 19 meses con creación de empleo. Bauzá augura la creación de 10.000 nuevos puestos de trabajo en un año. Trabajadores y empresarios han de hallar el marco de confianza que dé sentido y continuidad a estos nuevos empleos, pero ya nada será igual después del desequilibrado ciclo expansivo 200-2007 que se llevó tantas cosas por delante.