Durante este año, el hospital Mateu Orfila ha cancelado casi 9.000 consultas ya concertadas con médicos especialistas. Todas estas visitas han quedado suspendidas por la incomparecencia de los pacientes, lo que representa el 7,5 por ciento de las citas previamente pactadas.
Este comportamiento, cuya incidencia y repetición supera lo razonable, constituye un factor que no favorece ni facilita una buena gestión de la sanidad pública menorquina. Porque estas ausencias también provocan gasto sanitario, que pagamos entre todos los contribuyentes. La demora en obtener una cita para ser atendido por un médico especialista del IBSalut es una crítica que se atribuye a la saturación y falta de medios.
Pero quienes han sido incluidos en la lista de visita y después no acuden a la consulta protagonizan una actuación insolidaria que perjudica al sistema sanitario. Es preciso localizar y advertir severamente a estos pacientes para reducir este escandaloso porcentaje del 7,5 por ciento de consultas suspendidas por incomparecencias. Todos estos pacientes incívicos deben ser conscientes de que el mal uso y abuso de los servicios públicos perjudica a otras personas y aumenta el gasto sanitario.