Los proyectos de sondeos sísmicos y prospecciones aguas próximas a Balears, que han motivado una gran movilización con un contundente rechazo social, político e institucional, han llegado a la sede de la UNESCO, en París.
Este organismo, que aguarda la valoración que corresponde emitir al Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, ya ha advertido que solicitará la paralización de estos proyectos si se aprecia la existencia de riesgos sobre las praderas de posidonia, declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad. Así, además del informe del Gobierno central, habrá que tener en cuenta el dictamen del Comité de Patrimonio Mundial.
Tras el acuerdo que el pleno del Consell de Menorca aprobó por unanimidad el lunes para exigir al Ministerio de Industria la paralización de los sondeos y prospecciones, el conseller de Agricultura y Medio Ambiente del Govern, Gabriel Company, defendió ayer en el Parlament la «presión ante todas las instituciones» para detener unos proyectos que, de llevarse a cabo, afectarían al medio marino, la pesca y el turismo en Balears.
Los hipotéticos beneficios que se obtendrían con estas extracciones no compensan los riesgos y daños que provocarían.