Los abajo firmantes, conductores de autobús que trabajan diariamente en la Estación de Maó, y en representación de sus compañeros, desean dar a conocer a la opinión pública las penosas condiciones en las que trabajan debido a las anomalías que se dan en la citada estación y que afectan principalmente a los profesionales del ramo, pero también (y por extensión) a los propios usuarios.
Son múltiples y variadas. Comencemos por los dos lavabos destinados a los conductores (los antiguos servicios que utilizaban los usuarios y que jamás fueron testigos de un adecuado mantenimiento o reforma). Los urinarios (igual ocurre con los de uso generalizado) han sido precintados y cubiertos por una lona negra en la que aparece un cartel escrito a mano en el que se indica que, evidentemente, no se pueden utilizar. La iluminación consiste en una bombilla que pende del techo cuyas placas están a punto de caer. Los secamanos no funcionan. Y no hay, con frecuencia, ni jabón ni papel higiénico. Los wáter carecen de tapa, por lo que los conductores, a la hora de defecar, han de acudir al lavado de las conductoras. La falta de limpieza y la suciedad son otros dos factores que agravan el problema. El servicio de limpieza actual, que hace lo imposible por mantener adecuadamente las instalaciones de la estación, es a todas luces insuficiente y requeriría de un refuerzo inmediato. Esos lavabos específicos no constituyen ni un capricho ni un privilegio. Dada los ajustados horarios en diversos trayectos –otra cuestión que a nuestro entender debería revisarse- los conductores rara vez disponen de tiempo para acudir a los servicios y, de poder hacerlo, cuentan con un tiempo escasísimo.
Por otra parte, los trabajadores del sector carecen de una pequeña sala (cuestión que consideramos ESENCIAL, al igual que la de los LAVABOS, ESENCIAL Y URGENTE) en la que poder reposar durante los intervalos de descanso. Un descanso del todo imprescindible dada las características e indudable responsabilidad de su trabajo. Consecuentemente han de permanecer en la estación donde constantemente son preguntados por rutas, tiempos y horarios dada la caótica información que, en este sentido, aparece en las paredes de la estación, así como por el hecho de que las pantallas informativas dejan de funcionar con frecuencia. Por si lo anterior fuera poco, la oficina de información habilitada en la Estación sólo permanece abierta de 11.00 a 14.00 horas y únicamente los días laborables. Fuera de ese horario y durante sábados y domingos quien ejerce esa función son los conductores. Ellos también son los encargados de renovar las tarjetas del servicio público gratuito con lo que, con frecuencia, se ralentizan los trayectos.
Por no hablar de la falta de seguridad, totalmente deficiente y de manera especial durante los meses de verano y fines de semana. Y el incivismo de algunas personas que los sábados (y otros días) pernoctan en la estación debido al funcionamiento del «Bus-Nit». Personas que orinan y vomitan en los espacios públicos.
Suma y sigue: la cafetería dejó de funcionar antes de la pandemia y sigue inexplicablemente cerrada.
Y finalizamos con un tema de especial gravedad y que habría podido causar o podrá causar si no se remedia una desgracia personal. El semáforo para viandantes habilitado en el paso de peatones en la salida de la estación que da a la calle Vasallo no funciona, con lo que muchos transeúntes lo cruzan temerariamente obligando a los conductores, en numerosas ocasiones, a efectuar frenazos bruscos y auténticas piruetas para no atropellarlos. A lo que se suma que muchos vehículos particulares no autorizados y patinetes campen a sus anchas por las instalaciones.
Se ha informado al Consell Insular de todas estas deficiencias, que duran desde hace años. Pero, hasta el momento, solo hemos recibido apatía, desidia, ineficacia y falta de soluciones. Creemos que no es mucho pedir poder realizar nuestro trabajo en unas condiciones humanas y seguras. Por nosotros, pero también por la multitud de usuarios que, diariamente, pasan por la Estación. ¿O no?
CRISTIAN ROMERO, ROBERTO CLAUDIO SALVUCCI, JESÚS MARTÍNEZ GUTIERREZ, JUAN CARLOS MIGUÉLEZ, MARTÍNEZ, FERNANDO OLIVERA VÁZQUEZ, PABLO MORTE CANO, MANUEL HARO MARTÍNEZ y BARTOLOMÉ TEIXIDOR SERRANO. En representación de los compañeros conductores que trabajan en la estación de autobuses de Maó