Cuando una amiga se va…

Se casó con Ken Johnson, un militar norteamericano, tuvieron dos hijos Christine y Patrick, y los sucesivos destinos de su marido los llevaron de una punta a otra de EEUU, hasta que con el retiro de Ken eligieron San Agustín como destino ideal para la vejez. Fue un acierto porque aquella ciudad guarda todavía bien presente la huella de los menorquines que emigraron a Florida en 1968, y pronto María Rosa se implicó en la Sociedad cultural que mantiene viva nuestra herencia en aquellas tierras.    San Agustin fue también trampolín para su afición pictórica exponiendo en varias ocasiones sus cuadros en los que vertió siempre la luz, los colores y los recuerdos de su añorada Menorca.

Visitó varias veces nuestra Isla, pero la muerte hace unos años de su marido Ken supuso para ella una dolorosa pérdida. En septiembre de 2021 estuvo por última vez en Menorca acompañada por su hija Christine, rodeadas en todo momento del cariño de sus innumerables amigos, algunos de los cuales gozaron de su exquisita hospitalidad cuando la visitaron a su vez en su casa de Florida.

Descansa en paz Mari Rosa, querida amiga de infancia,    juventud y toda una vida,    allí reposarás junto a muchos otros menorquines    que tampoco pudieron volver, aquí te queda la luz y los colores de tu Menorca,    con el cariño y el recuerdo de los que te conocimos y quisimos. Para tus hijos Christine y Patrick, hermano Luis, nietos y demás familia, mi más sentido pésame.