Apropiadores de Binibèquer Vell

Binibèquer Vell, con sus calles enrevesadas y sus tejados blancos, es un lugar tan emblemático de Menorca como lo pueden ser la Naveta des Tudons, la Catedral o el Puerto de Mahón. El hecho de que no sea tan antiguo como estos, no hace que no sea la cara de Menorca que nos gusta mostrar, a amigos que vienen a visitarnos o a turistas, de los que depende nuestra economía y puestos de trabajo.

Por mucho que un propietario de kilómetros de costa heredara o comprara cierta tierra, el Camí de Cavalls es patrimonio de Menorca y de los menorquines. Lo mismo pasa con las maravillas prehistóricas que adornan nuestra isla con su ancianidad, o de la riqueza biológica que tanto nos esforzamos en proteger.

Si nadie debe tener el derecho a entrar en la casa de otro, sea esa una primera vivienda o una casa de veraneo, que una parte de los vecinos de Binibèquer Vell pretendan impedir el paso a propios y a extraños por calles que llevan siendo de uso público desde que el lugar fue concebido, debería verse como una apropiación ilegítima de un espacio que es de todos, que nos representa a todos ante el mundo, y que, en parte, nos describe.

Del mismo modo que comprar un apartamento cerca de un aeropuerto y luego exigir que no pasen aviones es un abuso, hacerse con un apartamento en Binibèquer Vell, uno de los lugares más visitados de la isla, y luego cerrar el espacio a esos visitantes, es una situación que las fuerzas que llevan décadas protegiendo el uso público del Camí de Cavalls o la accesibilidad a los tesoros históricos y culturales de Menorca deberían evitar por el bien de todos.