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Me gustaría explicar el caso que ha sucedido en mi familia, concretamente con mi hija. Se encuentra en Eivissa trabajando de maestra interina y ha tenido la fortuna de ser premiada con ser segunda suplente de una mesa electoral en Alaior, Menorca.

Como es normal, expusimos por escrito a la mesa electoral la problemática que le suponía este nombramiento y sorpresa: un rotundo no, y como no aparezcas cuidado. Hay que tener en cuenta que no vive en Menorca, de hecho casi no puede venir a visitarnos, todos los costes de desplazamiento los asume ella, teniendo en cuenta que no hay vuelo directo a Menorca, sino que obligatoriamente tiene que hacer escala en Palma de unas 4 horas. Además, al ser suplente no dispone del derecho poder ausentarse el día siguiente a su puesto de trabajo, ni de remuneración (que es lo de menos). Se podría dar el caso de que llegara el ansiado 20-D, se presentara con su buena voluntad y se tuviera que volver a Eivissa, ya que el lunes ha de estar en su puesto de trabajo sí o sí. Cualquiera que viaje conoce lo que supone cogerse un vuelo con nula antelación. Hay que tener en cuenta que estos días son de suma importancia para los actos que se organizan en colegios.

¡Me parece completamente incomprensible! Con tantas personas que hay sin trabajo o incluso con trabajo que estarían encantados o al menos podrían trabajar un día y ser meramente recompensados.

Creo que cuando llegan todas estas alegaciones se enfrentan a un mero funcionario-robot-computadora, sin ninguna calidad humana, y aumentado con una gran venda a los ojos. Y no es el único caso, conocemos varios más.

Señores de la Junta Electoral de Zona de Menorca, ¿cómo se atreven a contestar a las alegaciones mandadas encabezando «excusa desestimada»? Qué poca ética tienen, por no decir mala educación.

En mi humilde opinión, casi en el 2016, creo que habría que ser más tolerante y comprensivo. Hay motivos que traspasan lo meramente normativo. No paramos de oír que el país necesita fomentar la salud democrática, la participación y no se cuántas cosas más, pero al final, como siempre, el sistema continua siendo implacable con los mismos. Nada, a votar y que gane el mejor. Allí puede que esté mi hija, o quién sabe, tal vez no y tengamos que buscar un económico (léase la ironía) vuelo urgente para Eivissa.