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Un mes de octubre de 1974 tomé aire por primera vez. Había nacido. Y nací en una preciosa ciudad enclavada entre dos mares: Algeciras, ciudad de grandes artistas, de entornos increíbles ¡oh sí! y de sus calles, de su gente, su plaza alta, parque María Cristina, Teatro Florida y su puerto...Su gran puerto. En esta tierra pasé mi infancia y parte de juventud pero un día Dios me habló «Antonio es hora de que conozcas mundo, coge tus cosas y haz camino deja atrás a tus amigos, padres y familiares». Obedecí. Surqué mares, visité tierras lejanas, conocí sus gentes, sus costumbres y sus paisajes y volví, cansado, pero mi espíritu se enriqueció, aun así Dios volvió a hablarme y me «Antonio es hora de que crees una familia ve y busca mujer». Algo tembloroso y sin querer replicarle, comencé a sembrar y encontré el fruto ¡oh sí! que buen fruto : limpio, puro de corazón y gran mujer Caty era terca, perdón, es terca, pesada..., pero esposa fiel donde las haya pero sobre todo gran madre, de la unión nacieron dos pequeños frutos también limpios, puros de corazón y llenas de amor y cuando recibí estos frutos entonces me adelanté y fui yo quien hablé con Dios y le dije: Gracias, gracias por guiarme, no me dejes y sigue enseñándome el buen camino, entonces, Dios volvió a hablarme y esta vez me dijo «Antonio es hora de que vuelvas a hacer camino coge a tu familia y deja atrás tu casa, tus amigos, hermanos y padres», sorprendido le pregunté: Señor, ¿donde iré? Ahora tengo responsabilidades, si me voy he de cerrar mi casa, dejar todo lo que tengo y me pides que empiece de nuevo, tengo mujer e hija ¿donde iré? Pero no podía fallarle me había guiado asta ahora, marché, llegando a una nueva tierra una hermosa Isla y mientras la veía desde la cubierta del barco , dije ahí está Menorca. Llegamos con miedo, pero con esperanza y una vez todos reunidos nos dijimos, conozcamos esta tierra. ¡Oh sí! y volví a darle gracias al Señor por el día el cual llegué a esta tierra. Me adentré en sus raíces, en lo más profundo de ellas, conocí a sus gentes, cada rincón de la Isla, sus tradiciones, gastronomía, pero sobre todo conocí a grandes personas de sus diferentes pueblos Alaior, Ferrries y, como no, Es Mercadal. Pondría todos sus nombres pero no terminaría esta carta pero ellos saben quienes son y tras años en ella nació nuestra peque... queríamos tener un pedazo de Menorca con nosotros. Pasaron 10 años y de nuevo Dios me habló: «Antonio debes de coger a tu familia y has de volver a tu casa», me levanté, enfadado, replicándole: eres cruel ¿qué más quieres? esta es mi casa, ahora no, no puedo marchar. Y marché , entre lágrimas de mi familia marchamos, pero no olvidamos. Pasaron cuatro años y no había día de esos años ni tan solo un día que no nos llamaran nuestros amigos, amigos no: familia, familia que nos dijeran que sus casas son nuestras casas, pero hoy en el día de hoy hablé con Dios y dije: Señor vuelvo a esa gran tierra el próximo viernes estaré con mi gente estaré en sus fiestas , no perdón en mi fiesta y Dios me habló y me dijo: «Antonio he sentido tu corazón y por ello te digo ve, coge tu maleta y haz camino» y Dios gritó: «Visca Sant Martí, Visca Es Mercadal».