Como -sin argumentar para nada tal descalificación- el editor del diario «Menorca» se ha permitido reiteradamente calificar a la oposición de «resabiada», empiezo a preguntarme si el supuesto «resabio» debe consistir en no dejar una babeante estela de adulación acrítica ante todo lo que digan o hagan desde el equipo de gobierno del PP-Ciutadella.
Por la parte que toca a UPCM, los hechos demuestran que se ha ejercido una oposición leal y podría citar al respecto muchos ejemplos, desde la aprobación definitiva de los primeros presupuestos de este equipo de gobierno en el pleno de 09-02-2012, hasta la modificación del PGOU para poder construir la estación de autobuses en la Vía Perimetral con los votos favorables de UPCM y la abstención de PSOE y PSM a pesar de que afirmaron estar de acuerdo con el emplazamiento y aún cuando en este último caso se necesitaba de una mayoría cualificada de 11 votos a favor.
La medida económica que no prosperó en el pleno debido al voto contrario de UPCM fue un «plan de ajuste» que –pese a esta pomposa denominación- no incluía otra propuesta real que la subida del IBI.
¿Pero cómo podía apoyar de ninguna de las maneras UPCM una nueva subida del IBI de otro 10 % más –a propuesta esta vez del grupo municipal del PP-Ciutadella- , acumulativa a la ya aplicada por decreto del Gobierno central, cuando desde el mismo PP Ciutadella, habían recalcado apenas hacía un mes que la subida del gobierno del sr. Rajoy les había sido «imposada» y a los propios miembros del grupo municipal del PP-Ciutadella les había sorprendido «bastant negativament» y ellos mismos reconocían haber «criticat la decisió de Rajoy»?
Otra cosa es que UPCM asuma lealmente el papel de control al equipo de gobierno que tiene legítimamente encomendado y haya denunciado la tremenda incompetencia en la gestión de las concesiones administrativas: finalización del contrato del servicio de grúa que sigue sin adjudicarse desde finales del año pasado con el consiguiente encarecimiento del servicio, mal uso de los vehículos municipales del servicio de limpieza viaria por el que se impuso sanción de 96.000 euros al concesionario que los empleaba para limpiar hasta en Fornells, reiterados impagos del alquiler del quiosco del Borne ante la pasividad del equipo de gobierno que después inició el proceso de rescisión, chapuzas y precios desorbitados (que se han corregido) en el material del socorrismo de playas…
Un amargo «resabio» dejó demasiadas veces la oposición del PP en la última época que la ejerció, entre 2009 y 2011. Y para muestra un botón:
Resulta que el PP ordenó en la legislatura 2003-2007 la compra de 25.000 ventalls que costaron casi otros tantos euros. Unos 900 de esos ventalls quedaron olvidados en un almacén. Cuando el gobierno que sucedió al PP los repartió en una función de Foc i Fum celebrada en la Plaza del Hospital, desde el PP lo criticaron duramente al pensar que esos ventalls los había encargado el nuevo Gobierno. Aunque tuvieron que acabar pidiendo disculpas, que era lo mínimo que debían hacer, el hecho prueba hasta dónde puede llegar el doble rasero del PP: son capaces de encargar 25.000 ventalls cuando mandan y son capaces de censurar desde la oposición que se haga lo mismo con una ínfima fracción (900), porque lo que criticaban al pensar que era obra de otros era apenas el 3 % de su propia obra. Han sido capaces, en definitiva, de condenar desde la oposición –pensando equivocadamente que lo habían hecho otros- una pequeña parte de lo que habían hecho ellos mismos cuando gobernaban.
El colmo de la «resabia», vamos.