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Una mala praxis médica

Quiero agradecer públicamente a los profesionales del derecho, el abogado don José María Puig y a la procuradora de los tribunales de Mahón doña Montserrat Miró, el haber conseguido poner fin a la situación tortuosa que he tenido que padecer durante los últimos 5 años de mi vida, habiéndose hecho finalmente justicia, y en una edad muy temprana para sufrir tanto debido a una mala praxis médica (Cirugía Plástica y Éstetica).

La estética, siendo muy importante para las mujeres hoy en día, no debería en absoluto ser objeto de mercadería ni de negocio para algunos profesionales sin escrúpulos (entre ellos nombro al que me tocó a mí, natural de Menorca).

Sirva mi ejemplo para que otras mujeres inocentes o incautas no caigan en lo mismo.

Aprovecho estas líneas para demostrar también mi agradecimiento a la doctora Begoña Martínez Santos (BCN), por el resultado obtenido y por su gran labor profesional conmigo.

Mil gracias a todos ustedes por su profesionalidad, honestidad y cariño.

Ana Isabel García Oliva
Maó

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Matrimonios civiles

Sabía a lo que me enfrentaba cuando inicié los trámites para mi boda civil en 1957. Me bombardearon con toda clase de intempestivas excusas para intentar que desistiera. Trataban de cansarme. No sabían que en aquellas fechas era poco menos que imposible. La resolución del expediente se eternizaba. Pero un día acabé la paciencia y un sábado por la mañana me encontré en la calle al que entonces era juez de paz. Le expliqué lo que me pasaba y su contestación fue que no me preocupara y que lo dejara a su albedrío. El caso es que el lunes siguiente al llegar a casa hallé un aviso de que podía pasar a firmar el expediente matrimonial.

Había superado las trabas que ponían las fuerzas negras de Menorca.

Pasaron los años y en 1984 me hice cargo del juzgado de paz de Es Castell. Durante los años que actué como juez celebré unas 180 bodas y nunca se cobró ni un céntimo. Puse todas las facilidades para que se cumpliera la ley y que los contrayentes no tuvieran demoras innecesarias. Solicité al alcalde la cesión del Salón de Plenos del Ayuntamiento para dignificar tal celebración y sacarla del lúgubre despacho del juzgado.

En otras poblaciones de la isla, también se notó la llegada de las libertades y por ende, el aumento de bodas civiles por las que no se cobraba, tónica que empieza a cambiar, sin duda por la nueva aparición de las fuerzas negras.

PD. 100 euros por celebrar una boda es un abuso y una coacción.

Roberto Victory Manent
exjuez de Paz
Es Castell