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El C.D.Menorca puntualiza

En referencia a la revisión médica que practicamos a Pau, derivaron varias entrevistas con el padre con quien cambiamos impresiones, valoramos posteriores reflexiones y matices con él de algunos riesgos; se cualificaron pareceres entre los médicos del Club, de entre ellos un pediatra con experiencia profesional.

Este equipo médico, ante este niño de 9 años, instruido y habituado al uso de insulina como nos consta, en el uso del test de glucosa o glucómetro, con una bolsa especial que precisa tener en el campo, así como del inyectable de glucógeno de emergencia, que el padre nos solicitó colocar en la nevera del bar del Club Menorca.

Le comentamos al padre, que debía saber de la corta presencia de los médicos y fisioterapeuta en la enfermería del club, a días alternos; que los requerimientos metabólicos de los chicos se ven incrementados en un deporte competitivo como es el fútbol, con un nivel de entrenamiento elevado y el grado de exigencia del niño consigo mismo, que podría llegar a silenciar situaciones, como por ejemplo un estado gripal o diarreico(1,2), o jugar todo un partido sin tenerlo previsto, donde se altera el metabolismo que se debe saber dosificar y prever. El listado de recomendaciones prácticas antes, durante y después del ejercicio intenso es universalmente conocido, aunque, de complicada regulación en el metabolismo de un niño, y acorde entre otras al nivel de calorías ingeridas, pico de acción de la insulina, etc.(3).

La posibilidad de realizar charlas –según la propuesta del padre, a la cual nos adheríamos- y, la formación en términos de instruir, ser reglada, debatida y aceptada con tiempo con los técnicos, delegados, entrenadores, etc. con el objetivo único y preciso de velar y prevenir cualquier contingencia en el niño.

Se tiene que tener en cuenta que es todavía un niño y que, podría incurrir en un error de fatal desenlace.

Convendrán con nosotros que estos protocolos se tienen que comentar, consensuar y, más en un club donde sobre el césped suelen coincidir 60 o más niños a la vez, con igual color de camiseta. Es deseable y correcto por otra parte, que los niños jueguen con total libertad, sin una vigilancia de los técnicos, delegados, médicos, etc. seguidores en todo momento de un niño en particular.

Nosotros valoramos por encima de todo, la ausencia de tutela ante una eventual necesidad de atención –si se encontrara indispuesto o entrado en crisis hipoglicémica leve, moderada o grave- que, recaería en el entrenador, único adulto presencial y, que desconoce esta instrucción.

Tan simple hubiera sido, que una persona de su entorno como el mismo padre, se hubiera comprometido a estar presente en los entrenamientos y partidos –cosa muy lógica por otra parte y común por habitual- y se hubiera resuelto cualquier distensión.

Por otra parte, el padre o madre presente en el campo, portador/a de la mochila evitaría un descuido o extravío, controlaría mejor que nadie el inyectable comentado, que debe ser en ocasiones vigilado, para evitar la accidental pérdida o rotura, ya que, la responsabilidad y tutela se puede quedar diluida en manos del Club y del camarero.

En cambio la marcha a otro club no cambiaría mucho las cosas, haciendo de la responsabilidad que nosotros apostillamos, el enturbiar el agua clara, -porque nunca pasa nada y no tiene por qué pasar-, aunque "lo que se puede prever se tiene que prevenir" y, así de claro se le expuso al padre en repetidas ocasiones y por los diferentes médicos del club.

Levantar polvo no ha beneficiado al niño y, seguimos recomendándoles una actitud presencial siendo ustedes los más indicados.
Bibliografía consultada.-
(1)- Tratado de Endocrinología Pediátrica y de la Adolescencia. Diabetes Mellitus tipo i - Frguez.-Hierro.
(2)- Asociación Española de Pediatría: Diabetes Mellitus tipo i y ejercicios.
(3)- Tratado de Pediatría: Nelson ed. 18 volumen II.
Diabetes Mellitus tipo i.

Equipo médico del Club D. Menorca